Binominal y desencanto cívico

Son muchas las personas, especialmente jóvenes, que prefieren no ir a votar antes que hacerlo en el marco del actual sistema electoral binominal. Consideran que hacerlo legitima un instrumento espurio, del cual deben mantenerse alejados o ante el que no se puede hacer nada.

De este modo, se toma una actitud desde un estado de ánimo en que se mezcla rebeldía con desencanto. El efecto final es la no participación, una modalidad de abstención.

Los sostenedores del sistema binomenal, gente de frío cálculo electoral, incluyen en sus deliberaciones la certeza que se genera este efecto, saben que el rechazo al binominal provoca ese repudio en amplios sectores de votantes. Así lo esperan.

Para ellos mientras menos personas concurran a las urnas, mayor será el peso de sus designios mercantilistas y autoritarios. Resulta obvio que la movilización de sus adeptos, aquel "voto duro" que manejan repartiendo farándula mezclada con paquetes de fideos o arroz, desatando promesas populistas sin escrúpulos y motivando sus círculos de fanáticos integristas, rendirá mas dividendos, en la misma proporción que más escasos sean los participantes en las respectivas elecciones.

De forma que el "abstencionismo", es decir, esta opción de no votar viene a ser una ayuda, involuntaria pero objetiva, a la perpetuación del binominal.

No cabe duda que el factor fundamental para desplomar este maquiavélico instrumento de sobre representación electoral de la derecha, en particular, la UDI, serán millones de chilenas y chilenos que vayan a votar, que se hagan presente y que anulen con su voluntad cívica la perversa situación que se ha generado en el ámbito institucional, en que la minoría del país, con un respaldo cercano al tercio del electorado se queda con la mitad de los electos al Congreso Nacional y adquiere poder de veto a través de dicha distorsión de la representación; en ese momento, la derecha consigue lo que busca, imponerse ilegítimamente en el curso del trámite legislativo.

Como se ha dicho tantas veces, el binominal es un traje a la medida de concepciones autoritarias, pero ha sido eficaz en ese propósito y, lo peor, es acentuar su capacidad perversa restándose de participar en las urnas.

Hay que esperar nuevamente que la UDI movilice toda la fuerza de su presión política dentro del gobierno para asfixiar cualquier propósito de cambio del binominal y someter al partido Renovación Nacional a esa voluntad perpetuación.

En consecuencia, no hay que evadirse del desafío, hay que ir a votar, esa decisión es el más poderoso abrelatas para terminar con esta deformación institucional que distorsiona completamente la realidad democrática de nuestro país. Para que la derecha no siga imponiendo el veto de una sobre representación enteramente injustificada, anacrónica y autoritaria.

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