Se anuncia una nueva mala noticia para los consumidores desde el área de la energía. Las cuentas de la luz subirán más de 10% en mayo, por la aplicación de un decreto de precios de energía que debió comenzar a regir en enero de 2019.
Este atraso administrativo ha significado la acumulación de más de 100.000 millones de pesos (a eso hay que agregarle los intereses!), los que tendremos que pagar consumidores a partir del mes de julio, lo que implicará otro 10% adicional.
Así, en apenas dos meses, los chilenos veremos subir las cuentas de la luz en un 20%, siendo esta última alza totalmente evitable, si la autoridad hubiese publicado a tiempo el decreto en enero.
El Gobierno ha culpado a la administración Bachelet de esta alza. El tema energético claramente ha sido un dolor de cabeza para el Presidente Piñera.
Recordemos que pasaron 5 Ministros entre los años 2010 y 2014, cuyo legado fue haber realizado la licitación de electricidad más cara de la historia, en diciembre de 2013, al exorbitante precio de 130 dólares por MWh. Ese fue el legado de Piñera en energía: altos precios, energía sucia y riesgo de quedarnos a oscuras.
La agenda de energía desarrollada bajo la Presidenta Bachelet, tuvo que hacerse cargo de este enorme problema. Existe un alto grado de consenso sobre los logros en energía: dimos vuelta el escenario y nos transformamos en el país más atractivo del mundo para el desarrollo de energías limpias, abriendo la competencia a nuevos desarrolladores, lo que permitió que la última licitación eléctrica realizada por la anterior Administración, logró adjudicar energía al menor precio de la historia: 32 dólares por MWh, 75% menos que el legado de Piñera.
Esto ha generado un nuevo escenario de precios de la electricidad: las compañías mineras y los grandes industriales están aprovechando este momento, renegociando sus contratos con los generadores, bajo una fórmula en que ambos ganan: bajan los precios, ampliando los plazos del contrato, buscando un equilibrio entre las partes.
La pregunta que nos hicimos desde la Democracia Cristiana, fue por qué nuestras familias no pueden obtener lo mismo y no esperar varios años más para que les llegue esa reducción.
Por ello, propusimos junto al Presidente del Partido, Fuad Chahin y el diputado Gabriel Silber una medida que podría en el corto plazo permitir bajar las tarifas de los usuarios: autorizar por ley un proceso de renegociación de los contratos licitados, que permita bajar los precios, dando la posibilidad de aumentar los plazos de los contratos. Estimamos que podríamos bajar las cuentas en al menos un 30%.
Esperamos que el Presidente Piñera acoja esta idea. ¡Hasta el momento, su legado en esta materia no será algo de lo que pueda sentirse orgulloso!
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