La elección presidencial del 16 de diciembre de 2025 anuncia ocho candidatos, donde la gran diferencia de propuestas la representa claramente el candidato de izquierda Eduardo Artés. El profesor boga por la transformación del Chile actual, cambiándolo por un Chile más justo, un Chile donde se privilegie el bienestar de su pueblo y no solo el bienestar de una minoría que tiene secuestrado el país política y económicamente para su propio beneficio a costa de la pobreza y penurias de la inmensa mayoría. El robo a los usuarios de electricidad (todos los habitantes del país) es el ejemplo más latente hoy en día.
Cuando se elige un presidente se supone que es para que, con sus propuestas y medidas políticas y económicas, traiga bienestar a los habitantes de la nación y no perjuicios en su diario vivir, que es lo que ocurre hoy en Chile. Pero, ¿estamos desde 1990 a la fecha, mejor que en dictadura? Por supuesto que sí, pero una, dos, tres o incluso 100 golondrinas no hacen verano. Y los ingresos de la nación se reparten con una desigualdad criminal. Es decir, lo que es de todos beneficia mayoritariamente a una elite conformada por políticos, grandes consorcios económicos nacionales y extranjeros, más una cáfila detestable de personajes apoltronados en la televisión chilena que sirven de amasadores de la opinión pública (estos embaucadores payasescos se denominan así mismos "rostros"), a ellos se suma una incontable cantidad de sacacuartos políticos enquistados en el aparato público.
Por lo tanto, lo que necesita el país, para salir adelante, es un presidente con las características de Eduardo Artés, cuyas propuestas son concretas para el bien de Chile. Debemos recuperar el cobre y el litio de manos ajenas y devolverlo a manos chilenas. Es fundamental la industrialización del país, crear industria nacional en todas las áreas de la economía y así generar recursos que financien salud, educación y vivienda para todos. La industria da trabajo. La salud y educación deben ser gratuitas siempre. Los frutos que den nuestros recursos naturales deben favorecer a todos, no a un grupo de apropiadores en razón a leyes impuestas arbitrariamente por la oligarquía.
Las empresas de electricidad y agua potable deben estar en manos del Estado, lo mismo que los grandes medios de producción. Se debe acabar de raíz con las AFP e isapre, dos de los pillajes más descarados contra los chilenos; y la misma suerte deben correr la UF y la usura bancaria. En resumen, se trata de refundar Chile y dar comienzo a un Chile verdaderamente democrático, sobre la base de la justicia social y las oportunidades para todos, no solo para la casta de privilegiados que gobierna el país desde los poderes del Estado y desde las sombras. Todo lo anterior solo se puede lograr si Eduardo Artés es electo presidente, cualquier otra elección será más de lo mismo, más injusticias, cesantía y explotación a los trabajadores. Más engaños y abusos, más espejismos y farsantería.
No queremos más un Chile que sea un negocio neoliberal, una pulpería camuflada, queremos un Chile donde prevalezcan los derechos sociales y la justicia que se le debe al pueblo por los años de abuso "republicano" desde 1830 tras la asunción del mercachifle y chorro Diego Portales. La única excepción de querer ayudar de verdad al pueblo trabajador fue durante el gobierno de Salvador Allende, el presidente que tuvo las mejores propuestas de gobierno de nuestra historia. Pero fue boicoteado desde antes de ser electo por los granujas y ladrones de siempre, los mismos que impulsaron el golpe de Estado de 1973 financiados por la CIA.
Dicho lo anterior, saludamos la honestidad y valentía del profesor Eduardo Artés de decir lo que piensa y no sentir vergüenza de sus ideas ante las caricaturas que la prensa hace de él, sobre todo los periodistas de la televisión, que no son más que servidumbre a las órdenes de la voz del amo. Eduardo Artés no se avergüenza de enarbolar como bandera de lucha el legado del presidente Allende, no se avergüenza de decir que su pensamiento se asienta sobre la base de las ideas del socialismo. Eduardo Artés lucha por forjar un Chile donde la democracia sea para todos, donde la vivienda, la salud y la educación sean un derecho y no un negocio.
El profesor Artés dice lo que piensa sin pensar en cálculos políticos -plagados de cinismo- como hacen los demás candidatos, que decoran sus discursos con propuestas de campaña que jamás cumplirán. Un ejemplo de su decencia y honestidad es no haber asistido al foro Enade, organizado por Icare, donde los restantes candidatos fueron a dar la prueba de la blancura a los empresarios como viles vasallos del sistema, a lo que se sumó la señora contralora, Dorothy Pérez, y el Presidente Gabriel Boric, que esta vez realizó sus genuflexiones telemáticamente. Por eso es un candidato distinto el profesor Eduardo Artés, porque es un hombre honesto. Y Chile necesita un presidente honesto, no charlatanes.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado