Hace unos días se conoció que Hong Kong, con el fin de promocionar el turismo alicaído por la pandemia, a partir de marzo regalará 500.000 boletos aéreos como parte de la campaña "Hello Hong Kong".
Me llamó profundamente la atención esta forma de generar un subsidio a la demanda y no a la oferta, como comúnmente se hace, también en nuestro país. Parece sorprendente, porque establece una competencia entre líneas aéreas para asegurar el mejor servicio y compromiso con el proyecto. Con ello se aborda de manera directa el problema sin necesidad de gastos de operación, dándole un mejor uso a los recursos. Sin duda el objetivo se logrará y Hong Kong volverá a ver florecer su industria turística.
En ese instante se me vino a la mente nuestra nueva Constitución con el Estado Social de Derechos, establecido como base y la forma como esto se hace efectivo.
Una alternativa podría ir por el camino de generar instituciones públicas que hagan efectivo el ejercicio de esos derechos, con lo cual hay que asumir todos los costos de administración y gestión. Si un gran porcentaje de los municipios del país están con demandas y cuestionamientos de contraloría por la administración de recursos, se generan grandes dudas de poner el acento en la oferta. La otra alternativa es que se establezcan subsidios directos a la población, o sea a la demanda, y que instancias privadas y públicas compitan por hacer efectivo ese derecho.
Sin duda que hay muchas experiencias en el mundo de las que debemos recoger lo mejor y no creer que vamos a inventar la pólvora. Debemos dejar de lado el ideologismo barato que al final supone que la realidad se comporta conforme a sus modelos ideológicos y no construir una respuesta desde nuestra propia realidad y cultura. ¡Es aquí donde se jugará su futuro!
La experiencia de larga data y más conocida es la de Suecia, que su Estado de Bienestar lo construyeron inicialmente a partir de un subsidio a la oferta. El Estado asumió directamente la implementación de los derechos. Los costos eran insostenibles y debieron revisarlo cambiándolo a un subsidio a la demanda, que es lo que hoy tienen y que ha demostrado ser más eficiente.
Sin duda alguna el país necesita constituirse en un Estado Social de Derechos, pero necesita establecer prioridades, porque no todos los derechos son posibles de asumir. Es determinante el construir una cesta de derechos que sea real y posible de abordar con los recursos existentes o proyectados.
Sin duda, la selección de derechos y la forma de hacerlos efectivos son dos aspectos centrales a considerar en la nueva Constitución y las respectivas leyes orgánicas constitucionales. Esperamos que sean abordadas adecuadamente.
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