Alejado de la política por propia decisión. Veo la historia de nuestro país y me llena de preocupación por la suma de errores que todos hemos cometido y de desastres naturales y pandemias en los últimos 50 años. Pero también tengo una profunda esperanza que superaremos 80 años de dificultades.
Que estos últimos meses han sido peores, creo que sí, porque luchamos con un adversario invisible, sin respuesta sanitaria, de origen también desconocido y con extensión mundial, cuyo curso es terrible si llegase a ser un acto de guerra biológica en las que Chile tiene poco que decir, salvo una suerte de decálogo de conductas.
No soy dirigente, ni conductor partidario, pero sí tengo una larguísima participación política en todos los estamentos de elección popular. En esta visión larga y variada rescato la unidad individual y comunitaria como esencial para superar la que parece invencible y que vencemos con algunos puntos.
- Tolerancia y comprensión para con el error ajeno porque nunca somos dueños de toda la verdad.
- La política es el arte de lo posible y no una guerra, venga de donde venga.
- Ese "posible" se hace real cuando hay claridad y verdad en los planteamientos. No hay unidad real en un debate que la duda ensombrece en cualquier acción común y por ende la derrota es más probable que la victoria.
- Dicho de otro modo, la veracidad debe partir de cada persona dentro del conjunto, no como individuo, sino "quod persona" superior a la sociedad que la acoge.
- De esa veracidad personal, que se comenta surge una conducta partidaria social, gremial, eclesial, etc. Hasta hacerse nacional, como también real, verdadera, firme y sin dependencia sólo de la autoridad disciplinaria.
- En este contexto la autoridad (augere) no sólo manda, sino que conduce, orienta, enseña y agrupa, pero también perdona.
- Hoy, esto es más fácil porque hay mayor presencia femenina en los niveles de conducción y, salvo los casos ya conocidos en contrario, están más abiertas a ese perdón.
- Llamará la atención mi repetición del perdón. Es que es sólo la contraparte del dicho cristiano del que somos parte: "La justicia sin misericordia no es justicia sino venganza".
- Como el conjunto, mando y obediencia debe ser equilibrado, la visión pedagógica de la autoridad exige su elección libre y limpia para que sea también libremente obedecida.
- En medio de tanta tecnología debemos tener siempre presente el planteamiento Agustiniano.
- En caso de duda o interpretación de cualquier naturaleza, que se está favoreciendo al rico se debe decidir por el pobre. Si es entre el poderoso y el humilde, decidir por este último.
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