La ex senadora Carmen Frei insistió ante el Poder Judicial, para que los jueces reconozcan que la muerte de su padre, el Presidente Eduardo Frei Montalva, fue un homicidio calificado cuyos autores deberían cumplir prisión perpetua.
En su sentencia del pasado 30 de enero, el juez Alejandro Madrid concluyó, después de 16 años de investigación, que la muerte de Frei Montalva fue un asesinato. Pero calificó el crimen como “homicidio simple”, porque no comprobó si hubo envenenamiento y no profundizó en el papel que cumplieron los que participaron en el magnicidio.
Madrid dispuso 10 años de prisión para el doctor Patricio Silva y penas menores para otros implicados en la muerte del entonces exPresidente, hace 37 años. Ahora su hija busca que la Corte de Apelaciones aumente las sanciones y amplíe la investigación, en un proceso que podría llegar hasta la Corte Suprema.
Aunque su dictámen de primera instancia sea considerado ambiguo o débil, el juez Madrid aceptó la verdad histórica sobre el papel que cumplió Frei como líder de la oposición frente a la dictadura del general Augusto Pinochet. El magistrado destacó en su documento el vibrante discurso de Frei Montalva ante una multitud que llenaba el teatro Caupolicán, dos semanas antes del plebiscito que organizó Pinochet para aprobar una nueva Constitución.
“El mencionado liderazgo del exmandatario se materializó en un acto político realizado en el teatro Caupolicán de esta ciudad el día 27 de agosto de 1980”, recuerda el fallo. De este modo, el juez admite la posibilidad de que “alguien” ordenara eliminar a este opositor al régimen dictatorial, aunque no precisa quien pudo dar esa orden.
El propio Frei sentía esa amenaza, como lo prueba uno de los dos mensajes que envió desde la Clínica Santa María, poco antes de morir por una septicemia el 22 de enero de 1982. “Sáquenme de aquí inmediatamente”, pedía en su nota manuscrita.
Sobre esta base histórica, el fallo recuerda otros crímenes que la dictadura cometió, como los asesinatos del general Carlos Prats junto a su esposa Sofía Cuthbert, en septiembre de 1974, y el ex Canciller Orlando Letelier, en septiembre de 1976. Menciona además los intentos de asesinato del ex senador Carlos Altamirano y el ex vicepresidente de la República Bernardo Leighton junto a su esposa Anita Fresno.
En todos esos casos el juez utiliza el prefijo “ex” cuando nombra a estos personajes. Se refiere en forma reiterada al “ex mandatario” Eduardo Frei, porque efectivamente antes de su asesinato esa era su condición jurídica. Era un ex presidente de la República.
Lo curioso es que en el debate público y en los medios de comunicación, se sigue identificando a Eduardo Frei Montalva con el calificativo de “ex presidente”, en circunstancias que hoy es un protagonista de la historia reciente de Chile, como Arturo Alessandri, Salvador Allende o Patricio Aylwin.
Sería absurdo referirse a Allende como “el ex presidente”, porque murió siendo Presidente de la República. Aylwin y Alessandri fueron “ex” mientras vivieron, pero hoy son parte de la historia con el título que la ciudadanía les entregó: Presidente Aylwin y Presidente Alessandri.
Es impropio recurrir al “ex” si evocamos al presidente José Manuel Balmaceda, al ministro Diego Portales, al poeta Pablo Neruda o al primer rector de la Universidad de Chile, Andrés Bello. Son figuras históricas que dejaron una huella con su nombre y el papel que cumplieron.
Podemos citar al rey (y no ex rey) de Francia Luis XIV, al Papa (y no ex Papa) Juan Pablo II, o al Cardenal (y no ex Cardenal) Raúl Silva Henríquez.
En cambio sí podemos usar esta fórmula con toda propiedad y justicia cuando mencionamos a los “ex” presidentes Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-2000), Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet en sus dos períodos: 2006-2010 y 2014-2018). Del mismo modo diremos que Carmen Frei es una ex senadora.
En el lenguaje cotidiano hablamos con frecuencia de “tu ex” o “mi ex”, para referirnos a una “persona que ha dejado de ser cónyuge o pareja sentimental de otra”, según indica el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), en su última edición.
-Anoche me encontré con mi ex –le contará una amiga a otra, al evocar una cita casual con el hombre de quien se separó hace algún tiempo. Pero si no se ha separado y de pronto su esposo fallece, no lo recordará como su ex, sino como su cónyuge, porque ese era su estado civil cuando se fue de este mundo sin dejar su nueva dirección.
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