La Interpelación, un triunfo del pueblo mapuche

Interpelar es dirigir la palabra a alguien para pedir algo. Esto es lo que precisamente pedía el pueblo mapuche, en esta ocasión representada por la diputada Emilia Nuyado, al Estado chileno, simbolizado por el Ministro Chadwick.

Lo que se pedían eran explicaciones por la violencia e injusticia que ha sufrido el pueblo mapuche por siglos, lo cual se vio profundizado por la llegada del “Comando Jungla” a la Araucanía, y la terrible muerte del peñi Catrillanca.

La interpelación es un hecho histórico. Para entenderlo como tal, debemos hablar del contexto de la ocupación militar del Wallmapu en el siglo XIX, que devino en su colonización, que trajo muertes, usurpaciones y estafas; donde los “indios” sufrieron las consecuencias de la invasión, quedando marginados en reducciones, empobrecidos, sin tierras y sin autonomía.

El proceso de reforma agraria viene en otorgar algo de justicia a este pueblo, lo cual se vio en retroceso por la contrarreforma de Pinochet, donde volvieron las sistemáticas violaciones a los derechos humanos de este pueblo, con tortura y muerte a los líderes de las comunidades que recuperaban sus territorios, para que posteriormente exista una repartija de sus tierras entre las forestales y personas afines a la dictadura.

Con el regreso de la democracia, volvemos a una política de restitución de tierras, pero actuando Conadi como un mero comprador e intermediario entre las comunidades y los privados, pero que, debido a la burocracia y retardo en las respuestas a las demandas, devino en la acción directa de una parte del pueblo mapuche, y la represión como respuesta de los gobiernos democráticos, su militarización, con aplicación de ley antiterrorista de por medio, vulneraciones al debido proceso, testigos protegidos y prisiones preventivas extensas de personas que hoy han sido declaradas como inocentes.

Este es el contexto en el cual llega el gobierno prometiendo “Paz en la Araucanía”, con un 62% de respaldo en dicha región. La forma de afrontarlo, fue la decisión de instalar 80 Carabineros formados y capacitados en Colombia, armados para una guerra contra el terrorismo.

Luego de mostrar las armas, vamos al diálogo a través del “Plan Impulso Araucanía”, que traería consigo progreso y desarrollo a la región más pobre de Chile, simplificando de esta manera las demandas históricas del mapuche, creyendo que en un año se podía traer soluciones a un problema de siglos

Hasta el asesinato de Camilo, donde el Gobierno reaccionó respaldando inmediatamente a carabineros en sus primeras actuaciones, con acusaciones de que Catrillanca era un delincuente, que fue víctima en un enfrentamiento, hasta que se descubrió el montaje por parte de la policía uniformada, cosa no muy distinta  a los que nos tenía acostumbrado carabineros en las últimas tres muertes de peñis en la región.

Ha pasado casi un mes entre la muerte de Camilo y la interpelación, tiempo en el cual el Gobierno tuvo el espacio para cortar cabezas, donde cae el Intendente Mayol y cuanto carabineros hubiera estado involucrado en la gran farsa. Hasta que, en los últimos días, se decidiera la salida del “Comando Jungla” en la Araucanía. Señales que, si bien muestran una reacción del gobierno, son un símbolo del gran fracaso del enfoque de la política del gobierno en la zona.

¿Existen responsabilidades del Gobierno por el asesinato? Pese a que Chadwick eludió la pregunta en la interpelación, sabemos que el ministerio del Interior es quien tiene a cargo las Fuerzas de Orden y Seguridad del Estado, fue quien decidió instalar un grupo de estas características para perseguir mapuche en el Wallmapu. Este grupo, que solo ha traído más violencia, tiene por lo menos tres denuncias por abusos, torturas y maltratos contra nuestro pueblo originario.

Siendo decisión de Interior, cabe la pregunta, ¿Camilo estaría muerto si es que el gobierno no hubiera optado por instalar estas fuerzas en la región? Y esto todos lo sabíamos, el Comando Jungla era un riesgo para la vida e integridad de los comuneros, lo cual demuestra la derrota de Piñera en su forma de instalar la paz en la Araucanía.

Hace 9 años que no lamentábamos la muerte de un peñi por parte de agentes del Estado. Esto cambió solo en 9 meses de gobierno, y a 5 meses del estreno de la nueva política represiva del gobierno para la Araucanía. Por esto, claramente existe una relación de causa-efecto, con responsabilidades políticas de por medio.

Para la mayoría de los chilenos, ésta era una disputa entre Chile Vamos y la oposición, donde para gran parte de los medios, como siempre lo han dicho los libros de historia oficiales, se muestra como ganador al hombre blanco y de apellido inglés.

El real trasfondo, es que Emilia Nuyado pudo visibilizar los siglos de atropellos que ha sufrido su pueblo por parte del Estado chileno, y ese es el principal triunfo, visibilizar el sufrimiento y las reivindicaciones del pueblo mapuche era el objetivo y se cumplió.

Para comenzar el diálogo, se hace necesario que se sepa la verdad y nuestra responsabilidad en el genocidio del pueblo mapuche y la usurpación de sus tierras. Esto nos permitirá entender la demanda de recuperación de tierras y de espacios de autonomía.

Esperamos no contar con una nueva muerte para que éste sea una vez más un tema de atención nacional.

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