Resulta paradójico que los extremos del espectro político lleguen a un razonamiento tan contradictorio y semejante a la vez. Es evidente el interés electoral que se desprende de la reyerta política del momento, entre más alejados del centro político más se percibe la posición monolítica y obtusa.
El sector político que siempre ha defendido los derechos humanos de los migrantes y la igualdad sustantiva resulta que ahora quiere excluirlos de manera arbitraria del derecho a voto, restringiendo sus derechos políticos. Basta con revisar la primera propuesta constitucional en el capítulo II sobre derechos fundamentales y garantías, la redacción del principio de igualdad ante la ley y la prohibición de toda forma de discriminación que se fundara en motivos como la nacionalidad, clase social, ruralidad, situación migratoria o de refugio o cualquier otra que tenga por objeto o resultado anular o menoscabar la dignidad humana, el goce y ejercicio de los derechos. Adicionalmente y para refrescar la memoria, el artículo 117 y 160 de la primera propuesta señalaban que las personas avecindadas en Chile por al menos 5 años serían consideradas ciudadanas y podrían ejercer el derecho a voto, incluyendo la posibilidad de votar inclusive a los menores de 16 y 17 años de edad.
Resulta incomprensible que quienes habitan nuestro territorio de manera legal por al menos 5 años y luego de superar todos los obstáculos que implica migrar a otro país, no puedan acceder en igualdad de condiciones a sus derechos políticos, tanto al derecho a votar, como a participar de la vida pública de manera digna y libre.
Por otro lado, los que en su momento defendieron la construcción de una zanja o un muro en la frontera, ahora defienden con vigor el derecho a voto de los extranjeros por creer que los favorece política y electoralmente.
El segundo proceso constitucional, representado mayoritariamente por el Partido Republicano, tuvo el mismo desenlace que el primero, por encarnar sesgadamente una visión de país que la ciudadanía no logró sintonizar. A modo de ejemplo podemos citar el numeral 4 del artículo 16 , que regulaba en detalle las condiciones de expulsión de extranjeros debiendo concretarse en el menor tiempo posible cuando hubieran ingresado de forma clandestina o por pasos no habilitados, elevando a rango constitucional un delito especial, sin garantías de un proceso justo e imparcial.
A pesar de que ambas propuestas constitucionales eran antagónicas, ambas consideraban el mismo criterio de 5 años de avecindamiento para acceder al derecho a sufragio o acceder a cargos de elección popular. Debemos reivindicar la vocación de construir acuerdos teniendo como único norte el bien común y el respeto a los principios democráticos occidentales, amenazados por el nuevo fantasma del populismo, la intransigencia y el terrorismo.
Basta de minimizar la pobreza, instrumentalizar el sufrimiento y justificar todos los males en nuestro modelo de democracia liberal. La lógica de la Guerra Fría debe terminar, poniéndonos al servicio de recobrar la confianza de nuestras instituciones, luchando contra el utilitarismo desalmado con la realidad de miles de personas que en estos momentos pasan hambre y frío. ¡Con la pobreza no se juega!
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado