La retroexcavadora

Llegó la retroexcavadora y se llevó a Quintana primero que a nadie, montado sobre los detritos del modelo neoliberal. Giorgio Jackson le tiende la mano cuando confiesa que el FA no podrá gobernar sin los "autoflagelantes" de la Concertación. Cariñosos epítetos, después del veto al PPD.

Por otra parte, no recaudaron muchos votos para los partidos tradicionales sus parlamentarios, habiendo "invertido" tanto. Mal negocio. Tampoco Jiles los recaudó para su abuelo. Menos todavía recaudaron los parlamentarios de derecha que -¡oh, paradoja!- sólo contribuyeron a desmantelar el sistema de pensiones, tótem del neoliberalismo y base del mercado de capitales en Chile, pieza fundamental de su propia ideología. Destruyeron su identidad y sus electores lo detectaron. Entonces, terremoto político grado 7,5. Habida cuenta, eso sí, de que el "estallido social" se institucionalizó.

En efecto -y aquí viene lo bueno- 155 ciudadanos, distribuidos en grupos de afines sin capacidad de veto (con menos de 1/3 de los escaños cada grupo) y una buena parte de ellos independientes, se aprontan a dar inicio a la delicada tarea de construir la ley de leyes. Y se empiezan a perfilar con claridad temas donde se ha pecado de excesivo recato en los últimos años. En primer lugar, la cuestión medioambiental, que después de conocer los reportes de la Contraloría respecto de la eficacia del quehacer de la superintendencia correspondiente (44% de las denuncias realizadas no tuvieron ninguna gestión), el problema pareciera ser algo más que simple negligencia.

Se habla de una perspectiva "matriarcal" que se ha consolidado en torno a los temas del medioambiente, una visión de cuidado y convivencia con el medio que incrementará la importancia relativa de este factor al momento de realizar inversiones y de producir bienes y servicios en el futuro, así como la importancia del feminismo en esta etapa de diseño, más que la de los partidos. En segundo lugar, el tema de la propiedad de las aguas, cuya privatización se encuentra puesta desde hace un tiempo en tela de juicio, por su carácter de bien público. Y, en tercer lugar, se habla de limitaciones a la inversión extranjera -las denominadas "transnacionales"- para la explotación de recursos naturales.

En la cuestión de derechos fundamentales de las personas, se apuntan para la discusión los derechos humanos, los derechos a la salud -no solo a la protección financiera y a la asistencia al momento de enfermar, sino también a la anticipación a la aparición de los daños-, a la educación y a la vivienda y, el tema de fondo por estos tiempos, el derecho a una vejez digna, pensión incluida. Todos temas que requerirán diseños de detalle que sobrepasarán lo que será posible establecer dentro de la Constitución y alguno que a la fecha, como la reforma de pensiones, ya se encuentra en trabajo.

¿Se incluirán reformas a los sistemas de salud y de previsión de las Fuerzas Armadas y de Orden y de Gendarmería, por constituir éstos, focos agraviantes en el "estallido social" que condujo a la situación actual? Los cuatro últimos temas demandarán muy probablemente cuantiosos recursos del Fisco y también de las personas y empresas, directamente o a través del pago de mayores tributos. En rigor, la materialización de estos derechos presume un viraje desde el individualismo hacia soluciones colectivas y solidarias y harán falta recursos. Por lo pronto el precio del cobre, otrora el sueldo de Chile, nos puede ayudar, mientras los incumbentes que habitan Codelco no sigan apropiándose de la renta que la empresa genera.

Y, por último, la institucionalidad político-administrativa de nuestro Chile. Presidencialismo versus parlamentarismo, una o dos cámaras, descentralización versus conectividad de nuestra larga y angosta faja de tierra y su enorme dispersión poblacional. La dispersión poblacional de Chile se agudiza por el norte, resultado del escenario desértico en que la población se distribuye y, por el sur, producto de accidentes geográficos de las más variadas formas, como golfos, fiordos, canales, etc. De hecho, Chile tiene una carretera de tránsito muy bajo hacia el norte y hacia el sur tiene una carretera austral que en ocasiones no es más que una huella en el mar. Si usted sobrepone el mapa de Chile sobre Europa, descubrirá que éste se despliega desde Lisboa hasta Moscú. Tales poblaciones dispersas en muchas ocasiones no constituyen masa crítica suficiente para la autosuficiencia. Entonces ¿cómo se resuelve este dilema? ¿Cuál es el rol que ha de jugar en ello la tecnología?

En fin, se vienen cambios. Transformaciones decían en algún lugar, aludiendo a cambios en las formas. Se espera más que eso, se esperan cambios profundos, a lo Maturana, una "revolución reflexiva", un cambio cultural y de la psiquis. Esto es central, pues de no ser así, el desafío que se tiene por delante no será resuelto apropiadamente. Llegó el momento de encontrarse, de reconocer al otro como legítimo otro y de conversar para construir un nuevo pacto social. Y el futuro ha de ser el presente, no un sueño distante que nos embriaga la perdiz. Creo que están las condiciones, la retroexcavadora ha despejado la pista. Los más viejos sentimos, eso sí, el cosquilleo de la incertidumbre que nos recorre la espina dorsal. Así son las cosas.

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