Lo que viene para las regiones

El pasado 15 de diciembre Michelle Bachelet ganó las elecciones presidenciales. En este contexto ¿qué se puede esperar para el desarrollo de las regiones? A lo menos distingo cuatro aspectos relevantes en su programa de gobierno.

Lo primero se refiere a la democratización regional. Chile es de los pocos países democráticos del planeta que no elige a sus autoridades políticas regionales. En nuestro caso, los Intendentes son designados.

Siendo el acto de la designación no necesariamente pernicioso para el desarrollo de las regiones (hay evidencia de Intendentes que han sido aportes al desarrollo regional), su principal debilidad es el escaso vínculo político que se provoca entre el representante y el representado.

Esta debilidad se supera con la propuesta contenida en el programa de Michelle Bachelet que considera la elección directa de Intendentes y la apertura de mecanismos participativos que apoyen la gestión regional, propuesta mediante la cual se espera aumentar el control social del representado sobre el representante.

Un segundo aspecto se refiere a enfrentar las desigualdades territoriales. El crecimiento y desarrollo que alcanzan algunas regiones y algunas comunas en su interior, es dispar, ya sea por falta de capital humano, escasa focalización de recursos, o falta de incorporación de criterios de equidad territorial en la gestión regional.

En términos sencillos, estas disparidades regionales significan que dependiendo del lugar donde se nace o vive, las oportunidades para cada ciudadano son diametralmente distintas para ejercer derechos fundamentales como los de educación, salud, entre otros.

Por ejemplo, según investigaciones realizadas por RIMISP (www.rimisp.org) Chile presenta un nivel bajo de mortalidad infantil, no obstante, 141 comunas se encuentran peor que el promedio nacional, 43 más que lo duplican y 18 lo triplican.

Continúa señalando esta organización que ninguna región de Chile, aparte de la Metropolitana, tuvo promedio de 500 puntos o más en la última PSU y hay ocho regiones en que más de la mitad de los alumnos que sacaron 550 puntos o más en la PSU deben migrar a otras partes del país a continuar con su educación.

Pero el problema de las disparidades no solo se genera entre regiones también se provoca al interior de ellas. Por ejemplo, según datos de SINIM y para el caso de la Región de Los Ríos, en la comuna de San José de la Mariquina sólo un 18,6% de estudiantes provenientes de establecimientos municipales que rinden la PSU, obtienen igual o más de 450 puntos.

Como contrapartida, ese porcentaje sube a un 66,6% en la comuna de La Unión.Para el caso de los establecimientos particulares subvencionados, el porcentaje en la comuna de Mariquina sube a un 79,7%.En ambos casos, se observa una disparidad entre comunas de una misma región, y entre establecimientos educacionales al interior de una misma comuna.

Para hacer frente a esta negativa realidad social, en el programa de la reciente electa presidenta Michelle Bachelet, se propone la creación del Fondo de Convergencia Regional.

Este Fondo permitirá a las regiones más pobres, tener recursos para establecer Pactos Territoriales (entre ministerios, regiones, municipios, organizaciones sociales y empresariales, centros de educación superior) que permitan una acción articulada y eficaz de la reducción de desigualdades territoriales.

Esta y otras medidas harán posible hacer frente a las problemáticas regionales y locales, que muchas veces impiden que el desarrollo se perciba de manera armónica y equilibrada en muchas regiones y comunas del país.

Una tercera dimensión es el reforzamiento del capital humano avanzado en regiones.En este sentido se propone generar incentivos para retener y atraer capital humano a regiones, así también reforzar el vínculo entre universidades públicas/estatales y gobiernos regionales, adicionalmente se espera contar con CFT estatales en todas las regiones del país que puedan responder de manera pertinente a los requerimientos de formación técnica que demande la propia región.

Una cuarta dimensión se refiere a instalar un proceso de traspaso de competencias en materia de desarrollo productivo e innovación. Al respecto, se propone crear y reforzar Programas Tecnológicos de Inversión, Consejos Regionales de Innovación, fortalecimiento de los Comités de Innovación de las regiones y la creación de Centros de Desarrollo Empresarial que apoyen la gestión a las empresas de menor tamaño.

En definitiva, los años venideros serán propicios para el desarrollo de las regiones con participación activa de actores territoriales, los cuales están llamados a ser protagonistas de su desarrollo.

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