Los programas de gobierno

Aunque muchos subestiman los programas de gobierno, estos son importantes. ¿Por qué? porque es la forma de tomar el pulso al candidato ganador mientras gobierna, y además es la mejor guía para el votante. En los programas presidenciales usted encuentra un diagnóstico y propuestas para el país. En estas elecciones presidenciales todos diagnostican más o menos los mismos dolores: problemas de pensiones, salud y seguridad, entre otros. Aunque debo ser honesto: ninguno de los programas parece dirigir al país a un norte claro de dignidad, prosperidad y desarrollo que solucione aquellos dolores.

Si se realiza el ejercicio de revisar los programas de presidentes anteriores, estos tenían claridad de hacia dónde querían dirigir, con cosas concretas. Por ejemplo, la cantidad de hospitales que iban a construir en su mandato. En los actuales, en cambio, se echa en falta estos elementos. Para que usted se haga una idea, me he propuesto hacer una pequeña descripción de cada uno de ellos.

El candidato Sebastián Sichel, a pesar de su bajón en las encuestas, eventualmente podría indicarse como el del programa mejor trabajado, ya que sus propuestas son ordenadas y claras. Tiene cinco pilares: mejor Estado al servicio de las personas; integración y protección social; desarrollo sustentable y mejores mercados; emprendimiento y pymes; crecimiento y recuperación económica y respeto irrestricto de los DD.HH. Estos persiguen objetivos y cada uno tiene metas a conseguir, aunque estas no son cuantificables. Son 131 páginas que no cuesta leer y que, si no fuera por el pecado de origen de la falta de indicadores claros que tienen los programas actuales, sería muy bueno.

El programa de la candidata democratacristiana tiene 179 páginas y es el compromiso de ella con Chile. Se nota la experiencia política del equipo que tiene detrás Yasna Provoste, y también se valora el empleo de un lenguaje sencillo y eficiente para transmitir lo que se quiere hacer. Sin embargo, también falta el indicador para hacer seguimiento de cumplimiento. Por ejemplo, una propuesta textual es incrementar significativamente la inversión pública en sistema de agua potable y saneamiento rural. ¿Cuánto es significativo para la candidata? No es posible saberlo. El programa propone bien, pero, así como propone, también evita establecer el indicador para realizar el seguimiento de sus propuestas.

El programa de Gabriel Boric, de Apruebo Dignidad, es el que más páginas tiene: 227 para ser exactos. Si bien tiene un diagnóstico trabajado con sus bases partidarias y otros mecanismos alrededor del país, parece ser que el enfoque no está puesto en el ciudadano de a pie. Por ejemplo, a ratos pareciera preocuparse más de los animales -proponiendo incluso un control de natalidad animal- que de los niños sin alimentación diaria de nuestro país. Además, en algunos pasajes está escrito en un lenguaje poco amigable. Lea esto: "Siguiendo la experiencia de Nueva Zelanda con el New Zealand Superannuation Fund (NZSF), y considerando el envejecimiento de la población, sabemos que el costo de la PBU irá aumentando progresivamente", posterior a eso indica que es un fondo sobre el fondo de reserva de pensiones. Es un lenguaje que no ayuda a una persona común y silvestre a comprender las propuestas que el candidato promueve.

El programa del candidato republicano, José Antonio Kast, no parece ser un programa de gobierno. De hecho, da la sensación de haber sido elaborado sin expectativas de llegar a la presidencia. El índice tiene 23 veces la palabra "atrévete", su eslogan de campaña. Volviendo al asunto, parece más una bandera política que una propuesta país. No obstante, algo llamativo es que es el único programa que hace un guiño explícito a un ex presidenciable, Mario Desbordes, al agregar elementos del programa del militante RN al propio. Son 829 propuestas o titulares de intenciones que, como dije anteriormente, no tienen una estructura de programa de gobierno. Por ejemplo, la propuesta número 25 dice: "se debe repensar el sistema de incentivos de fiscales y jueces para evitar cierre anticipado e irresoluto de causas judiciales". Así, como esa, hay varias ideas sin líneas de acción concretas.

En el de Marco Enríquez-Ominami llama la atención su primera medida, la cual consiste en abrir la billetera fiscal y suspender la regla del balance estructural. ¿Por qué? En un momento en que la deuda fiscal sólo se ha incrementado, la regla del balance estructural a lo más podría ser actualizada, pero no suspendida. Entonces, si bien no es la única propuesta, es ruidosa e incluso podría ser tildada de populista, ya que el objetivo de suspender esta regla iría en contra del "abc" de las políticas sociales, esto es, que puedan ser permanentemente sostenidas.

Respecto al programa del candidato más a la izquierda, Eduardo Artés -es duro lo que voy a decir-, si estuviera impreso habría que esperar a hacer un asado para poder prender el carbón con él. No debiera ser posible, a estas alturas de la democracia, proponer continuar con el gobierno de Allende como si este hubiera sido la panacea. Este documento tiene sólo 40 páginas y 38 medidas que pretenden refundar Chile, siendo mayoritarias aquellas que buscan nacionalizar entidades privadas como, por ejemplo, los bancos. Vale decir que el programa de Salvador Allende era bastante más épico. Mala copia el de Artés.

El de Franco Parisi prefiero saltarlo. No vale la pena leer el programa de gobierno de una persona que hace campaña desde Estados Unidos tratando de representar a la gente común.

Dicho lo anterior, estamos frente a programas de gobierno que probablemente tratan de encajar en el líquido estado en que se encuentra la institucionalidad de nuestro país. Aunque quizás valga la pena rescatar una congruencia transversal en materia de salud, donde todos tienen un ítem especial -en buena hora- para abordar el cuello de botella que dejó la crisis Covid con las enfermedades y operaciones que se dejaron de tratar o hacer. Sin embargo, ello no obsta a destacar que todos carecen de compromisos concretos y de fácil seguimiento. Aun así, es importante que usted los lea, de esta manera, podrá tener claridad respecto a qué se enfrenta -en las ideas- con cada una de las candidaturas y ayudarle a decidir su próximo voto presidencial.

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