No estoy disponible para postergar elección de gobernadores

No puedo dejar pasar el esfuerzo que hace la derecha por dilatar la elección de gobernadores regionales. La excusa esgrimida es que se quiere mejorar la figura para que esta autoridad pueda ejercer el cargo en plenitud. Se insiste en que, estando aún pendientes aspectos en el traspaso de atribuciones, aquel cargo carece de legitimidad.

No obstante, es indiscutible que en democracia esta función se va afianzando mientras se ejerce. Lamentablemente, hay algunos que quieren torcer el espíritu de lo acordado y peor aún, apuestan a desvirtuar las condiciones recién fijadas en elecciones populares. Impresentable.

Si no fueron capaces de defender que la reelección de autoridades es un poder soberano de los votantes por temor a ser linchados en redes sociales y disfrazando que los mueve la renovación de nombres, ahora no promuevan una opción como las de remover estas inhabilidades en la reelección, en evidente estrategia con intereses creados. No cuenten conmigo para ello, ya se tomó una decisión, se fijó un criterio y hacer excepciones es inaceptable.

Además de estar jugando con la fe pública, se crea un real conflicto político como son las repercusiones de fondo: no podemos postergar la erradicación del centralismo en virtud de un arreglo político, de buscar ordenar las piezas partidistas.

Acceder a postergar la elección de gobernadores no es otra cosa que aquello, y de paso abrir más la cancha a la manera centralista con que a la derecha le gusta gobernar. Para quienes hemos luchado por años para terminar con esto, recular en este camino no es opción

Muchos de los temas más sensibles, como la inversión pública, tanto su implementación como la decisión del momento en que se ejecutan los proyectos, aún son consultados al gobierno central.

Una especie de paternalismo nocivo que ha ido en desmedro del potencial desarrollo local, tanto así que, por ejemplo, mi región de Coquimbo no cuenta con otro polo de inversión si no es el estatal.

Ello porque no se da el espacio para un despegue de la economía de la zona. Se han paralizado proyectos emblemáticos gracias a decisiones que nada tienen que ver con la región y hoy más que nunca aquello pasa la cuenta, ostentando 16% de desempleo, el primer lugar de cesantía en el país.

Insisto, somos muchos los que no vamos a aceptar postergaciones de ningún tipo. Se debe mantener la fecha acordada y el proceso debe contar con todas las garantías de una elección.

Aquello es lo que corresponde, el resto es una artimaña porque prefieren eso a sincerar que lo que buscan es tener un mejor escenario donde puedan imponer sus candidatos, artilugio que lamentablemente encontró adeptos en algunos de la oposición.

No podemos negar que el interés creado del cual hablo tiene que ver con la realidad de algunos partidos, lo que peligrosamente parece ser más relevante que la situación de las regiones y gobiernos locales, y en eso, porque es evidente que en la medida que se tienen candidaturas mayoritarias, tienes más posibilidad de obtener triunfos. Pero, corríjanme si me equivoco cuando afirmo que aquí lo fundamental, tanto a nivel de gobernadores regionales como de alcaldía, es ser capaces de tener desde la Centro Izquierda posturas únicas.

Es obvio que la derecha va a apostar a la división de la oposición. De ahí la insistencia de la UDI, que vive buscando postergar elecciones, pero me es difícil comprender que secunden la idea otros senadores de regiones y aquellos que saben lo difícil que ha sido el avance hacia la regionalización.

El proceso de descentralización llegó para quedarse, lo contrario es omitir las aspiraciones de nuestra gente de elegir a sus autoridades.

La comunidad tiene que saber en qué momentos va a tomar decisiones importantes para la gestión de los gobiernos regionales.

Hoy más que nunca, es delicado dar señalas en otro sentido, con una discusión de presupuesto ad portas, un desafío como la reactivación económica y donde la ejecución en regiones ha bajado ostensiblemente.

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