Otro año de baja ejecución en innovación y emprendimiento

Horas después que el Banco Central informara que el PIB del país creció un histórico 18,1% en el segundo trimestre de 2021, vimos al Presidente Piñera en La Moneda con su gabinete económico destacando la cifra y hablando de liderazgo.

Pero debemos tener en cuenta que estos niveles de actividad se registran gracias a factores como el precio del cobre, el extraordinario apoyo social a hogares y algunas pymes; a la mayor adaptación de la economía a las restricciones sanitarias. Un impulso de corto aliento porque no se trató de recuperar el empleo y menos a una política de reactivación económica, sino por el aumento del consumo, consecuencia del retiro de los fondos de pensiones. Eso crea una situación insostenible en el tiempo de la cual no podemos vanagloriarnos. Una golondrina no hace verano.

Entonces, cuando el Mandatario dice que "debemos seguir impulsando con fuerza la reactivación de la economía y esto exige valorar y apoyar la innovación, el emprendimiento y la inversión". No podemos estar más de acuerdo. Es así como le cobro la palabra al Presidente Piñera respecto a que, en materia fiscal y macroeconómica, hay que "equilibrar" las finanzas públicas.

Ad portas que el Gobierno ingrese el proyecto de ley de Presupuestos 2022, nos encontramos nuevamente con lo que ya parece marca registrada de esta administración: una baja ejecución presupuestaria de una serie de programas y partidas en el área de innovación, ciencia y tecnología. Pues bien, el desarrollo económico está ligado a la inversión en innovación productiva, a las ciencias que coordinadas con el sector productivo da valor agregado a lo producimos y exportamos. Ese desafío no lo estamos cumpliendo en la práctica.

Hablemos de cifras: a junio se ha ejecutado apenas 18% del Fondo de Innovación en Ciencia y Tecnología, cifra por debajo del 22% de la primera parte del año pasado, plena crisis sanitaria. Se ha ocupado el 40% de los recursos de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ex Conicyt), 5,9 puntos porcentuales menor a mismo lapso de 2020. Por su parte, el programa Iniciativa Científica Milenio ha gastado el 23% de sus fondos aprobados por el Congreso, mientras que hace un año dichos desembolsos alcanzaban el 25,9%. Mientras que el nuevo programa Capacidades Tecnológicas que apoya innovación en Educación Superior y fomenta la vinculación academia-industria lleva apenas un gasto de 2% de sus fondos.

Si ya este Gobierno no quiso dar el ancho tampoco en esta materia, tenemos el enorme desafío de iniciar un camino hacia el incremento progresivo de la inversión pública en innovación productiva, ciencias y tecnologías ligadas a la modernización del aparato productivo.

Si el país busca consolidar un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) debemos ahora aumentar la inversión pública en estos rubros y tener un Estado más ágil y eficiente que ejecute los recursos asignados. Más que nunca y sin demagogia, como oposición debemos plasmar en la tramitación del próximo presupuesto la voluntad política de invertir más en ciencia, innovación y tecnología.

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