Prioridades legislativas/intereses electorales

El funcionamiento del Senado ha sido uno de los puntos requeridos durante los últimos días, estamos conscientes de la apretada agenda legislativa, donde claro, debemos sacar adelante las mejoras que requiere la propuesta de Ley de Presupuesto presentada por el Ejecutivo, y de paso estudiar la extensión del Estado de Emergencia en la Macrozona Sur, anunciada por La Moneda.

Mientras, en sesión especial revisar materias que concitan la atención de la mayoría, como la acusación constitucional al Presidente de la República y, por cierto, el cuarto retiro.

La iniciativa que busca permitir un cuarto retiro de ahorros previsionales por parte de los cotizantes en el sistema de AFP todavía debe ser votada en general por la Sala de la Cámara Alta antes de volver a la Comisión de Constitución y ser votada en particular, instancia en la que se podrán presentar indicaciones. Y claro, ese es el momento en que la discusión toma cuerpo.

Ya he dicho con claridad que no creo que las consecuencias de aquello sean positivas, entiendo que existan familias que tienen un interés en lo personal para hacer líquido este ahorro, por distintas razones, y son innegables las distintas necesidades de cada caso individual, pero aquí hay una legislación general: por ello he manifestado mi intención de aprobar la idea de legislar para que se puedan ingresar indicaciones que hagan más viable considerar un proyecto que tiene un predominante componente electoral, donde la presión indebida de muchos hacia las decisiones sobre tiempos legislativos del Senado tiene que ver con que se apruebe lo antes posible.

Lamentablemente, ese apremio es lo que confunde las intenciones, porque los ojos debieran estar puestos en medidas permanentes que entreguen bienestar a las personas, en este caso, en asegurar a los chilenos mejores pensiones y eso pasa por hacer cambios sustantivos al actual sistema previsional y por cierto, al modo en que se administran esos fondos, cuestión que al actual Gobierno nunca le interesó.

Estamos en medio de una campaña de reelección para varios, en un período de elección presidencial relevante, cuyo gobierno será quien albergue los cambios hechos por la Convención Constituyente que sean aprobados por la ciudadanía en un plebiscito de salida. Un proceso que ha sido largo y no comenzó el 18 de octubre de 2019, los cambios y reformas se vienen luchando desde el primer día que se pudo recuperar el sistema democrático. Entonces, fuera debieran ya estar los ofertones electorales como vía de mejoras en nuestro país; los cantos de sirena o las promesas de todo tipo que han costado caro a todos. Como parlamentario y aunque sea impopular, creo que deberíamos evitar meramente y a priori responder a un slogan campañero, que de no cumplirse genera desconfianza y descrédito, del cual además nadie se hace cargo.

El cuarto retiro se ha transformado en un tema comunicacional electoral, mientras que los parlamentarios debemos votar los proyectos en su mérito y espero sea un debate con altura de mira, más sereno y no presionado solamente por las próximas elecciones. Y es que no podemos superponer intereses electorales, por sobre las prioridades legislativas.

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