Tomic: Una enseñanza socialcristiana
En toda mi vida como socialcristiano, hay un hecho que define toda mi enseñanza doctrinaria. En 1989 se nos invita por el provincial oriente de la Juventud Demócrata Cristiana a una charla del camarada Radomiro Tomic. Como entusiasta partidario "tomicista", asistí a ese encuentro con muchas expectativas políticas, esperando un discurso glorioso y encendido de don Radomiro sobre la coyuntura, sin embargo, el maestro falangista sorprende con una profunda reflexión sobre la Revolución Francesa.
Tomic, analizando los valores que se proclamaban, "Libertad, Igualdad y Fraternidad", concluye que el verdadero enemigo de la Revolución Francesa es Jesucristo, y ocupa la libertad como pretexto para combatir a Cristo y su iglesia.
El camarada Tomic no se queda sólo en eso, sino que recalca que el culto a la diosa razón que hacía la revolución era un acto contra la Santísima Virgen María, la principal enemiga del demonio, espíritu maligno inspirador del liberalismo, cuyo totalitarismo disfrazado de democracia desarraiga la naturaleza humana y su libertad. Este desarraigo lo vemos en nuestros tiempos a través de la ideología de género y de la intolerancia del laicismo contra las enseñanzas de Jesucristo.
La Revolución Francesa, inspirada por una falsa libertad, fundada en el rey de la mentira, adquiere su semilla en la reforma protestante que sembró la negación a Jesucristo, promoviendo la separación de la Iglesia Universal y con ello condenar a millones de almas, debido al engaño. Por otra parte, la revolución gala, como la primera cabeza de la serpiente, deja nacer la otra cabeza de la hidra a través del totalitarismo comunista. Ambas cabezas del mundo y del materialismo, enemigas de Jesucristo.
A la luz de lo anterior, el socialcristianismo representa un mensaje profundamente evangélico para buscar el bien común. En este sentido, el discurso de Tomic da cuenta de una enseñanza ética y política combativa para luchar contra las cabezas de la serpiente y saber denunciar ataques de la falsa libertad, la falsa igualdad y la falsa fraternidad.
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