El pasado 29 de agosto, nuevamente conocimos por medios de prensa del nuevo reclamo de Argentina por los espacios marítimos australes. En concreto, la cancillería trasandina había emitido una protesta formal contra Chile por la reciente cartografía de la Armada sobre las áreas marítimas, los cuales incluyen al sector continental, el insular, antártico y también a la plataforma continental.
Esto es singularmente llamativo, debido a que Argentina menciona espacios australes que no le corresponden ni se le encuentran asignados. Este problema ya lo habíamos observado en 2021, cuando se actualizaron los mapas de la zona de Punta Puga a islas Diego Ramírez, donde también se recibieron airadas críticas por parte del canciller trasandino de la época, desconociendo que dichos mapas existían desde 1993 y que solo se habían modernizado. Cabe destacar que, estableciendo la nueva delimitación, ésta no altera el Tratado de 1984.
Si recapitulamos cada una de las partes de este reclamo, podemos comenzar señalando que Argentina desde 2009 empezó a trabajar en un mapa que ellos denominaron "Argentina bicontinental" y que incluía amplios espacios marítimos en la zona austral Antártica-Atlántica, es decir, entre la costa de la Patagonia Oriental, la zona antártica e inclusive el archipiélago de las Falklands o Malvinas, desconociendo por completo las áreas de otros países como Chile y Gran Bretaña, generando -desde el punto de vista geopolítico- una amplia zona de reclamación marítima, incluyendo la plataforma continental, que según variadas investigaciones tendría en su interior importantes yacimientos de hidrocarburos y nódulos de manganeso, generando también un interés económico en torno a ellas.
Desde esa época, Chile se encontraba reclamando dicha cartografía, dado que ocupaba el territorio Antártico Chileno y bloqueaba áreas marinas de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, por lo que las discusiones (año 2021) sobre la plataforma continental son solo parte de una controversia que nació en el nuevo siglo en torno a los subsuelos marinos que se encuentran regulados por la Convención de Naciones Unidas de Derecho del Mar, el cual establece que dicha plataforma se puede extender entre 200 a 350 millas.
Además, es necesario recordar que el Tratado de Paz y Amistad de 1984, firmado y ratificado por ambos estados, no incluyó en ninguno de sus artículos disposiciones en torno a la Antártica, pues definió las áreas marítimas australes en torno a un sector conocido como el "martillo", que se delimita entre las letras A y F, pero dicha línea no se extendía más allá, dejando en manos chilenas el archipiélago de las islas Hermite y el Cabo de Hornos (que también fue objeto de polémica hace un tiempo atrás por un vino argentino que se adjudicaba el nombre de una zona geográfica chilena).
Por lo tanto, es muy importante el trabajo de Chile en estos espacios, pues sigue manteniendo su presencia en la zona austral-antártica, sin ir en contra de los principios firmados en el Tratado de 1984, pues estos jamás incluyeron estas áreas, pero tampoco de las normas internacionales que siguen vigentes. Sin duda, esta será una controversia que seguirá dando de qué hablar entre ambos países.
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