Cuando niño uno de los hitos importante del año escolar era la conmemoración del Combate Naval de Iquique, en cual el capitán Arturo Prat y sus hombres prefirieron ofrendar sus vidas a rendirse a un enemigo técnicamente superior. Esta valentía fue refrendada incluso por su adversario, el Almirante Miguel Grau.
En el informe a su Gobierno sobre el combate y carta dirigida posteriormente a la viuda de Prat, el vencedor en esa contienda haría notar la heroica acción de Prat. Vencido a su vez meses después, en el Combate de Angamos, Grau dio también la vida por su Patria y sus restos serían años después entregados solemnemente al Perú.
Con respecto al combate naval de Iquique propiamente tal, cabe indicar que el Capitán Prat estaba al mando de una corbeta de madera, antigua y muy lenta, debiendo hacer frente a un acorazado rápido y moderno como lo era el “Huáscar”.
Es por ello que el hundimiento de la “Esmeralda” generó un sentimiento unánime de cohesión entre todos los chilenos, lo cual permitiría que 4 años después, Chile lograse la victoria final en la llamada Guerra del Pacífico.
Por el sacrificio de Iquique, la Escuela Naval del Japón tiene un busto de Arturo Prat, el cual acompaña al de los Almirantes Togo (japonés) y del inglés Nelson. Esto tres marinos son considerados por esa Escuela Naval como los máximos héroes de la historia naval mundial.
Por otra parte, cabe destacar la previsión mostrada por los gobernantes de la época, que años antes, bajo el mandato del Presidente Federico Errázuriz dispusieron la construcción de dos buques blindados que aseguraron nuestra defensa.
El próximo año conmemoraremos los primeros 150 años de la creación del ministerio de Relaciones Exteriores como entidad independiente, que mostró la atención puesta por la dirigencia política de entonces a los problemas externos y a la vinculación de Chile con los países de su entorno y a la realidad internacional. Ambas iniciativas fueron parte de “un legado” - de verdad y no publicitario - de un Gobierno que tuvo inteligencia y prospectiva.
Asimismo, conviene hacer presente que la Armada de Chile es la depositaria de una herencia integrada por los valores de lealtad, sacrificio y patriotismo que ejemplarmente, encarnara el héroe Prat y su tripulación.
A esta institución le corresponde proteger y velar por los intereses de Chile en su Mar Territorial, su Zona Económica Exclusiva, el Continente Antártico y en las lejanas islas del Océano Pacífico, y supervigilar gran parte de las comunicaciones y el comercio con otras naciones se lleva a cabo por medio de la navegación marítima.
En este marco, una de sus obligaciones está la de proteger el Monumento de los Héroes Navales. Derivado de lo anterior, es imperdonable que por primera vez en la historia nacional, un grupo de extremistas y delincuentes pretendieran hace unos meses profanar el monumento mausoleo en que descansan los restos mortales de nuestros marinos.
Afortunadamente, la pronta reacción del Alto Mando de la Armada y la valentía de sus oficiales en retiro, impidieron que estos hechos volvieran a repetirse, cumpliendo así ejemplarmente, con el deber de proteger y preservar el patrimonio material e histórico cultural de los Héroes de Iquique.
Por último, la presencia abnegada de nuestros marinos velando por el orden que es preciso preservar ante la pandemia que aqueja al país, es una manifestación del espíritu de sacrificio y lealtad que Prat y muchos otros dejaran como legado a las nuevas generaciones.
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