Liberalglobalismo, la perversión global
El orden global, promovido por gobiernos occidentales, burocracias supraestatales y, especialmente, por la alta burguesía capitalista transnacional, ha venido forjando desde inicios de la década de los '90 una configuración totalitaria de la gobernanza mundial.
El principal obstáculo político-estratégico y espiritual contra la hegemonía del orden global es Rusia, porque dispone de recursos naturales propios, poder militar, fuerzas productivas y soportes religioso-espirituales que se contraponen a las agendas ideológicas del capital transnacional. Ante el fracaso de su arremetida contra Rusia, las fuerzas del capitalismo global han optado por provocar la tercera guerra mundial, porque como última alternativa, los agentes transnacionales y sus soportes ideológicos conciben la necesidad de agotar los medios para vencer a Rusia
La pretensión totalitaria occidental fracasará y será derrotada militarmente, pero una de las preguntas por qué primero Rusia y no China. Por dos razones: En primer lugar, la dictadura comunista china es el soporte material del capitalismo global de bajo costo y, en segundo lugar, la agenda ideológica china se intersecta con la totalitaria occidental.
Occidente aparece en este momento poseer el control de los poderes económicos, políticos, militares y religiosos, pero ignora la esencia de los hechos. En términos económicos no ha logrado socavar la capacidad de Rusia, la que a nivel militar demuestra capacidades superiores. Asimismo, en lo político, Occidente sufre un deterioro social, mientras que Rusia muestra cohesión y, finalmente, en el ámbito religioso, Occidente desconoce o ignora la gran apostasía en Roma, anunciada en las escrituras y en los mensajes de la santísima Virgen María, por lo tanto, no tiene poder real, sino que es un amasijo de apariencias, pura debilidad. Occidente vive en la mentira, esa es la ideología del liberalglobalismo.
Gobiernos blancos, amarillos, azules, rojos y multicolores se unen en virtud de la mentira, pero la mentira es eso, falsedad, no cumple lo que promete, no tendrán éxito. Ante esto, no es casualidad que la masonería muestre preocupación por el triunfo de lo que ellos llaman "ultraderecha", pero sólo refleja que la mentira de la libertad, fraternidad e igualdad se está cayendo a pedazos.
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