Mis 66 años en la Iglesia Católica (IC), órdenes e instituciones religiosas, me obligan a esta reflexión. Como médico, genetista, especialista por más de 45 años en desarrollo general y sexual humano, y asesor genetista por 10 años en un consultorio especializado en el tema, tengo además una visión clínica y científica. Pero, escribiré para legos explicando paso a paso.
Corrijamos errores de nomenclatura. En griego amor tiene acepciones ignoradas hasta por la APA (Asociación Norteamericana de Psicología que produce la clasificación DSM). Filia es amor de amistad.
El amor sexual, erótico es eros; luego la atracción sexual por los niños es pederastia y no pedofilia, padres y pediatras son pedófilos, no necesariamente pederastas.
¿Qué edad define a un niño? La cronología es imprecisa se usa el desarrollo sexual, refiero edad en el varón, la mujer está un año y medio adelantada.
Se usan los grados de Tanner (GT, busque en Internet).
Pederastia (pedofilia para la APA) incluye a los niños en general, se desglosa en pederastia propiamente, amor por pre-púberes, menos de 11 años, GT 1 y 2.
Heberastia, hebephilia para APA, púberes iniciales GT 3 y 4; 11-14 años. Efeboerastia, ephebophilia para APA, GT 5, 15 a 19 años.
Teleioerastia, teleiophilia para APA, adultos.
Todo varón puede tener algo de pederastia. La Virgen María habría tenido a Jesús a los 15 años por lo que el Espíritu Santo pudo haberla fecundado a los 14 y sería efeboerasta (¿violador en Chile?).
Las orientaciones sexuales y maduraciones se superponen y varían en edad. El amor espiritual o caridad cristiana es ágape en griego, el de los miembros de un equipo de juego es ludus y el familiar es storgé.
Entre curas abusadores sentenciados tenemos, hasta donde inferimos de las noticias: Cura Tato, heterosexual efebo-teleioerasta; Karadima y Precht ,homosexuales efebo-teleioerastas; Cox, homosexual hebe-efeboerasta.
¿Por qué en la Iglesia Católica aumentaron las personas no-heterosexuales? El trato social, hasta hace medio siglo, para los homosexuales (gays y lesbianas), transexuales, bisexuales fue de discriminación negativa y criminalización; el pederasta era demonizado. La sociedad los criticaba a diario por compañeros de estudio o de trabajo.
Me crié en la Vega Central y en la comunidad católica anexa de la Recoleta Franciscana.Nunca vi aversión a estas personas; existía el equipo de futbolito Los Homosexuales. Las comunidades católicas que formaban sacerdotes o religiosos eran un remanso sin ese ambiente hostil.
Esas comunidades resultaban atractivas para los que quieren una vida cómoda sin exigencias laborales para ganarse el sustento, asegurado junto al alojamiento. Otros las usaban de trampolín para formarse profesionalmente y una vez titulados se iban.
En conventos masculinos los homosexuales tienen una ventaja al tener asegurada la compañía masculina; los heterosexuales tienen que buscar afuera la compañía femenina y traerla al convento. Por otra parte el celibato está claro para el heterosexual pero nada de claro para el homosexual.
El abuso nada tiene que ver con las orientaciones o identidades sexuales y se da en todos los grupos mencionados heterosexuales y no-heterosexuales, es otro carácter o fenotipo.
Cuando los Seminarios reclutaban niños desde la enseñanza básica y los mantenían internos en la media y luego pasaban al Seminario, muchos sacerdotes y religiosos se retiraron al encontrarse entre 20 y 30 años en comunidades laicas con damas y varones apetecibles eróticamente de quienes se enamoraban rompiendo sus votos de castidad y celibato. También esto ocurría, en menor escala, con aquellos que no seguían ese proceso.
Me referiré a la formación de varones somáticos (androsómicos). Al ingreso entre 15 y 22 años el varón no tiene claro la profundidad de sus apetencias sexuales, las cree superables por su fuerte vocación religiosa.
Todo ser humano tiene los amores de eros, filia, ágape, ludus y storgé integrados y ordenados a su expectativa de vida, su vocación. Pero esa es una edad donde el eros, necesidad de emparejarse propiamente tal, no es tan obligante, aunque el thermos (la calentura) sí puede serlo, ya que el control moral sobre el eros y el thermos se construye desde esas edades.
Sobre los 20 años la necesidad de emparejamiento tira. El candidato debe discernir si su vocación religiosa, su ágape y su filia son superiores a su eros-thermos que le requieren formar pareja.
La mayor parte decide honesta y responsablemente, encausando con cierta renuncia a su eros-thermos, en su vocación espiritual-pastoral, que realiza heroicamente, o se sale de esa comunidad y forma pareja sea hetero, homosexual o a vivir su pederastia secretamente una vez emparejado.
El problema radica en los que deciden, confusa e incoherentemente, quedarse para poder realizar ambas cosas emparejarse sea solo afectivamente o de facto homo o heterosexualmente y tratar, vanamente, de vivir también los requerimientos vocacionales-espirituales y pastorales. Ud. supo casos sencillos, cuento uno más complejo.
Una dama es contratada por el guardián de un convento para la contabilidad. Un día el guardián le dice ¡váyase inmediatamente porque la van a matar! Otro cura tenía tres mujeres, una de las cuales trabajó en salud y preparaba venenos para deshacerse de las damas competitivas (¿Borgiano?); ya había intentado matar a otra que se salvó jabonada.
Ud. dirá que hay complicidad del guardián, no, las damas eran tratadas como “dirigidas espiritualmente” y si no se pilla al cura copulando o en otro acto punible, no se pueden tomar sanciones.
Se complica cuando una de estas personas (hetero, homosexual o pederasta) tiene otras características como poder, narcisismo, psicopatía, abuso o paranoidismo.
Si es narcisista, no tendrá noción que su abuso de poder es un acto grave contra el ágape (caridad), la filia y la convivencia en general.
Por ejemplo, si es homosexual, el manosear a un varón, sin su consentimiento, es pecado grave contra el VI Mandamiento, no fornicar, IX (en este caso no desearás el varón de tu prójima o de sus padres si es niño o adolescente), contra la virtud de continencia, el voto de celibato y el de castidad; si es un niño o adolescente el abusado, será además, pederasta, heberasta o efeboerasta, la situación se agrava.
Pero el narciso no tiene esta conciencia de mal o pecado porque todo lo que haga es bueno porque lo hace él, los abusados deben someterse o sufrir represalias ellos o sus familiares, situación satánica, si es paranoide toda crítica a su posición le parece persecución o calumnia.
Es difícil para una comunidad débil contener a estas personas, pero una comunidad sólida los controla bien y terminan casi siempre renunciando o sometiéndose a la norma social.
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