¿Cuántas veces te has atendido con un médico por teleconsulta o pedido un medicamento a través de una web o aplicación con una receta digital? La pandemia del Covid-19 ayudó a incorporar éstas y otras herramientas a los servicios de salud, haciendo que la salud digital -esa que incorpora las tecnologías de la información y comunicación (TIC) a los productos, servicios y procesos sanitarios- pasara de ser un concepto a acciones tangibles, que hoy representan grandes oportunidades para reducir las brechas de acceso de nuestro sistema.
A pesar de que el 2005 la Organización Mundial de la Salud instauró el concepto como una alternativa de desarrollo de los sistemas sanitarios, no fue hasta 2018 que en Chile se trabajó en el tema, buscando establecer un sistema de coordinación fluido e interoperable que permitiera facilitar la provisión de salud a distancia, buscando optimizar las condiciones de prevención, diagnóstico, rehabilitación, la experiencia de los pacientes y, por supuesto, ampliar la capacidad de cobertura al derribar los límites físicos de la medicina presencial.
No obstante, y a pesar de que en el país se siguen buscando fórmulas de coordinación para que los sistemas confluyan -a través del Departamento de Salud Digital del Ministerio de Salud y el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud-, los entornos farmacéuticos parecieran estar ya ejecutando importantes pasos.
Por ejemplo, la oportunidad de desarrollar atención farmacéutica en línea teniendo la información sobre los tratamientos de los pacientes, a través de la suscripción de los fármacos que un paciente debe consumir, es una ayuda para mejorar la adherencia y el éxito del tratamiento farmacológico. En este caso, se simplifica y mejora el acceso a medicamentos y la intervención en pacientes crónicos, sobre todo si consideramos que sólo el 50% de ellos mantienen sus tratamientos y los siguen como les han sido prescritos.
Asimismo, y a pesar de que existen más de tres mil farmacias a lo largo del país, se estima que 50 comunas aun no tienen un acceso directo a ellas. En este sentido, la orientación farmacéutica en línea -que ya se realiza en alguna de ellas- resulta clave considerando que, de acuerdo al Minsal, el 43% de la población acude primero a una farmacia al presentar síntomas o molestias leves para conseguir la orientación de un profesional sanitario.
En este punto, las farmacias parecieran tener un gran potencial -que comienzan a aprovechar- para desarrollarse de manera digital, manteniéndose como un centro de salud de primer contacto, al alcance de cualquier persona, pero a través de un clic y de manera personalizada.
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