No podemos mirar con indiferencia lo que está ocurriendo y es fundamentalmente poner los hechos en contexto. Mi responsabilidad como presidente de la Sociedad chilena de Oftalmologia me obliga a ello.
Vemos con preocupación los convenios u operativos visuales que se han anunciado por la prensa, pues pueden entregar una falsa sensación de seguridad en los usuarios, recalcando que el diagnóstico precoz de patología ocular y su tratamiento son de resorte del médico oftalmólogo, como lo avalan su formación académica y el marco legal vigente.
Queremos evitar que con este tipo de acciones se fomente una salud visual de primera y segunda clase.
Ésta no es solo dar lentes, si no que va más allá. El examen oftalmológico completo permite detectar en forma precoz (años e incluso décadas antes de que el paciente lo note) otras enfermedades oculares que potencialmente pueden llegar a la ceguera o a un compromiso significativo de su autovalencia, como la catarata, el glaucoma o la retinopatia diabética.
Si bien el conocimiento no es una exclusividad de nuestro gremio, el médico oftalmólogo se entrena entre 10 y 12 años para entregar al paciente una atención completa e integral que permita pesquisar, diagnosticar y tratar en forma específica y profesional la amplia gama de patologías que pueden presentar nuestros pacientes, en forma asociada o no, a un vicio de refracción como es la prescripción de lentes.
El acto médico es sustancialmente más complejo que prescribir anteojos. Por ello el código sanitario nos respalda.
El plan GES da cobertura a gran parte de las causas de ceguera ya que incluye la cirugía de catarata, retinopatía diabética y los vicios de refracción en mayores de 65 años en conjunto con otras patologías; entre otros, trauma ocular grave, estrabismo en menores de 9 años, retinopatía del prematuro, desprendimiento de retina, lo que ha significado un gran avance en la prevención de la ceguera en nuestro país y nos tiene en la vanguardia en Latinoamérica en materia de salud visual.
Todavía queda por mejorar en relación a incluir otras enfermedades en dichos planes y ampliar la cobertura de los existentes.
Nuestra voluntad y compromiso como médicos oftalmólogos se ve reflejada directamente en atenciones voluntarias pro bono, comúnmente denominados operativos, en coordinación con el Minsal, municipios, el Colegio Médico y distintas ONG para aportar a la reducción de listas de espera y brindar atención a quienes viven en zonas rurales y alejadas con mayor falencia en cuanto a cobertura regular.
El número de oftalmólogos por habitante en Chile es uno de los más altos de la región e incluso a niveles comparables con países desarrollados. Es importante mejorar en la distribución regional de los especialistas y que cuenten con equipamiento necesario para hacer una oftalmología de calidad.
La Sociedad chilena de oftalmología, tiene un rol muy activo en la educación y entrenamiento de los oftalmólogos con un curso de formación que tiene más de 60 años, y es ejemplo para otras sociedades científicas, pues permite una instrucción pareja y transversal para todos los residentes del país.
La salud visual de los que viven en Chile es y ha sido siempre la prioridad de los médicos oftalmólogos que somos parte de esta sociedad científico gremial, que en sus más de 85 años de vida, ha trabajado intensamente tanto en el mundo público como en el privado.
Estamos constantemente asesorando en gratuidad en materias médicas al ministerio de salud, Fonasa o cualquier institución que lo necesite.
La salud oftalmológica en nuestro país ha mejorado mucho los últimos 30 años. Con índices de calidad y acceso comparables a los países de la OCDE. Por eso nuestra preocupación y alerta por lo que está ocurriendo, con estos "operativos" publicitados por la prensa.
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