La responsabilidad médica no se limita a entregar un diagnóstico, plantear un tratamiento y cerrar la atención de un paciente, menos en el ámbito de la cirugía plástica.
Con mis más de dos décadas de experiencia he podido constatar que cuando una persona ingresa a mi consulta llega con miedos, dudas, confusa o de frentón con muchos temas emocionales o psicológicos no resueltos, lo que no le permite intervenirse quirúrgicamente. Por eso es fundamental actuar en concordancia, entre lo estudiado, lo aprendido, lo que dicta la experiencia y lo que busca el paciente, empatizando en los diferentes sus contextos.
Uno de los aspectos que me ha llamado profundamente la atención es constatar la cantidad de prejuicios que existen en torno a la sexualidad, en especial la femenina, la que sin duda debe ir de la mano de una buena salud mental, emocional y física, puesto que, entre otros elementos, la sexualidad es un elemento esencial de nuestra personalidad.
Sin embargo, pareciera existir una limitación sociocultural respecto a lo que debe o no hacer una mujer pasada cierta edad, ya sea con su cuerpo, su vida y sus decisiones, como si eso pudiese absurdamente estar condicionado por los años que tenga. Y aquí me quiero detener. Precisamente por el impacto que genera en la autoestima y la relación con el cuerpo, cómo nos vemos según como nos sentimos.
Lo primordial es que, en cualquier etapa de la vida, la persona logre quererse, valorarse y disfrutarse, que cuando se mire al espejo logre apreciarse y esto no tiene que ver con lo físico, con lo que se ve en el espejo, sino más bien, con la percepción de lo que se refleja en él. Por eso, la cirugía es un hito que te permite dar un paso en el camino de la satisfacción personal, para sentirte orgulloso de lo que eres, sacando esa espina que está ahí. Recuerda que todo esto, es solo parte de una autovaloración integral. Y por eso también afectará tu espacio íntimo de la sexualidad como mujer.
Esto es sumamente relevante cuando hablamos de autoestima y sexualidad femenina saludable, donde muchas veces no se puede resolver solo con años de terapia y puede ser necesario complementar el proceso con un HITO reparatorio o cirugía plástica.
Lo importante es que hoy en día, las mujeres cada día se valoran como se merecen, interiorizando que es lícito priorizarse, estar bien uno para uno, que es algo que en nuestra cultura culposa siempre es para el resto.
El tema no es el cambio corporal que uno logra o no, sino lo que éste genera en su diario vivir y en su nueva forma de autovaloración, para permitirse disfrutar la vida en todos los ámbitos de esta, sin buscarlo, llevándonos a una sexualidad saludable en todo su esplendor, donde no importan los años que ha marcado el calendario, sino como sentimos.
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