Las consultas por enfermedades respiratorias van al alza; el frío y las malas condiciones ambientales contribuyen a que estos cuadros se agudicen y puedan complicarse, principalmente, debido a la automedicación que muchos realizan frente los malestares que puede generar una gripe o un simple resfrío.
En estos casos, uno de los síntomas más molestos es la tos, por lo que recurren a jarabes antitusivos de manera indiscriminada. Pero, ¿qué tan efectivos son?
De acuerdo a la Guía Clínica del Colegio Americano de Médicos Pulmonares, hay que tener especial cuidado de acuerdo a la edad y tipo de tos del paciente, añadiendo que para pacientes pediátricos ningún jarabe es realmente efectivo en el tratamiento sintomático de la tos.
Entonces, es importante saber qué tipos de jarabes existen y cuál es su función.
Los antitusígenos o antitusivos son recomendados para cortar la tos seca, ya que con tos húmeda puede generar mayor producción de secreciones.
No obstante, algunos suelen tener componentes como la codeína, sustancia que se extrae del opio, por lo que se debe tener especial cuidado con sus efectos secundarios (adicción, somnolencia, vómitos o mareos).
Aun cuando según los especialistas, pueden ser los más efectivos para este tipo de síntoma, no son recomendados por estas reacciones adversas y están prohibidos para menores de 12 años.
Por otra parte, los expectorantes o mucolíticos son los recomendados en casos de tos productiva o húmeda, ya que aumentan la producción de mucosidad y disminuyen su viscosidad, facilitando su expulsión.
Si bien estos fármacos parecieran ayudar a la disminución gradual de este síntoma, también pueden provocar efectos secundarios como insomnio, aumento en los latidos cardiacos, vómitos o erupciones cutáneas.
Además, es importante que la población sepa que estos fármacos pueden interactuar con otras sustancias, incluyendo el alcohol, razón por la que no se recomienda que pacientes con tratamientos para otras patologías, como los enfermos crónicos, se automediquen para combatir la molesta tos. Asimismo, que no se comentan errores en su aplicación,pues muchas personas suministran este tipo de medicamentos con cucharas de café o soperas, sin usar las mediciones que vienen incorporadas en los fármacos, generando un problema extra para la efectividad del tratamiento.
De hecho, según un estudio de la Universidad Cornell (EE.UU.), la utilización de las mediciones (jeringas o vasos de medición) reduciría en un 50% el riesgo de equivocarse en las dosis de estos medicamentos.
Además, se señala que la utilización de cucharas puede resultar peligrosa, considerando que las dosis suministradas con una cuchara de café, pueden entregar un 8,4% menos de la cantidad recetada. Por su parte, la utilización de cucharas soperas entregaría casi un 12% más de la dosis recomendada.
La efectividad de estos tratamientos variará de acuerdo al tipo de tos y patología que se esté enfrentando, por lo que es necesario visitar a un especialista para comenzar con el suministro del fármaco.
De otra manera, podemos estar generando un daño colateral importante a nuestro organismo, sin atacar el verdadero problema.
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