Avanzando hacia un Prodemu con todas

Marcela Sandoval Osorio

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Los lineamientos de gobernanza feminista son parte de las convicciones que guían el actuar de Prodemu desde hace exactamente un año. Desde que asumimos esta gestión hemos trabajado incansablemente para que la fundación se piense y proyecte hacia el país como una institución más incidente en la vida de todas las mujeres que habitan Chile.

Promover el desarrollo y crecimiento de las 60 mil mujeres al año en las que impactamos, pero también dialogar y potenciar la formación, autonomía y vinculación de niñas y mujeres más jóvenes, indígenas, migrantes y disidencias sexuales, ha sido nuestra apuesta. Treinta y dos años de historia y una presencia territorial que abarca desde Arica a Tierra del Fuego avalan este propósito, que hemos llevado adelante a través de acciones que incluyen enfoques de derechos humanos y de género, interseccional y territorial. Ese es el Prodemu cercano, inclusivo y participativo que hemos procurado recuperar e instalar y que, junto con honrar las razones por las que nació esta fundación pionera en democracia, no pierde de vista los nuevos desafíos que implica ser y abrirse camino siendo mujeres hoy.

Para lograr estos cambios que hemos estado impulsando también tuvimos que ordenar nuestra casa. Identificar brechas entre trabajadoras y trabajadores, y corregirlas ha sido vital para poder convertirnos en una institución referente en buenas prácticas laborales. Por primera vez en la historia de Prodemu los cargos de directoras regionales son ocupados por trabajadoras nuestras que están reconocidas por sus pares en distintos lugares del país, y no son puestos designados a dedo.

Porque hemos querido poner al servicio de otras instituciones lo que sabemos hacer: capacitar, transferir herramientas y conocimiento a otras instituciones del Estado en materia de derechos laborales, empleabilidad y habilitación socio laboral, hemos liderado la mesa de buenas prácticas que integran las fundaciones asociadas a la que fue la Dirección Sociocultural de la Presidencia; estamos en el proceso de la norma 3262 de conciliación laboral de Sernameg para lograr el sello Iguala, nos hemos capacitado en derechos humanos y en gestión de inclusión laboral con instituciones aliadas como el Instituto Nacional de Derechos Humanos, la Fundación Wazu y la Academia Latinoamericana de la Inclusión, y logramos el sello 40 horas.

Revisar nuestros programas con la finalidad de complementar la oferta pública, pero también diferenciarnos desde la innovación, también ha sido parte de nuestra ruta en el último año. Pasar del discurso de la diversidad a la acción, fortalecer la autonomía económica de las mujeres, avanzar más decididamente en la formación sociolaboral, profesionalizar emprendimientos para que sean sostenibles en el tiempo, y dotar a las mujeres de herramientas digitales y educación financiera, han sido algunos de los énfasis que creemos importante profundizar para la erradicación de brechas de género.

Estamos convencidas de que la autonomía -que es económica pero también física- se construye con derechos políticos, sexuales y reproductivos, y generando las condiciones para una vida libre de violencias que les entregue a las mujeres más libertades para la toma de decisiones. Para eso, hemos relevado sus voces y experiencias. No podemos hablarles a nuestras participantes de emprender o de asociatividad si no las escuchamos, si no comprendemos los nudos críticos de la violencia con los que se enfrentan.

Diseñar nuestras acciones desde los territorios y de la mano de las mujeres, en lugar de hacerlo desde el escritorio, pero a la vez generar datos con perspectiva de género y mirada socioterritorial que orienten nuestros programas, ha sido otro de los sellos de esta gestión. A través de la creación de nuestra Dirección de Estudios hemos podido identificar los perfiles de nuestras participantes y ponerles datos a sus necesidades más prioritarias, un reto que nos hemos propuesto hacer región por región para orientar las políticas públicas del Estado o de organismos privados que contribuyen a la equidad de género. Datos que, en alianza con organizaciones internacionales -como ONU o FAO-, nos permiten llegar también con más fuerza a la ruralidad, más allá de nuestra alianza histórica con Indap. O enfrentar la crisis climática o las emergencias como las que recientemente vimos en las regiones impactadas por los incendios forestales, con perspectiva de género.

Con Unesco, la Universidad SEK y Flacso de la Universidad de Chile lanzamos "Investiga con Prodemu", un programa de apoyo a estudiantes de pregrado y posgrado que nos permite potenciar nuestros quehaceres. También hemos dado charlas de educación no sexista en colegios y liceos, y la reinaugurada Biblioteca de las Mujeres -la única en Chile de carácter público y dedicada a visibilizar la literatura feminista- se ha posicionado como un espacio donde las mujeres pueden encontrar talleres y espacios de reflexión sobre temáticas que las afectan, pero también y bajo el concepto de la socioculturalidad, se ha proyectado como una biblioteca viva que sale desde nuestra sede central para llevar el feminismo que entrañan sus más de dos mil títulos a otros espacios, con la finalidad de convertir a todas las mujeres en narradoras. Así lo hicimos con las mujeres privadas de libertad del Centro Penitenciario de San Joaquín, por ejemplo, con quienes retomamos un vínculo que había sido interrumpido por la pandemia y que convertimos en protagonistas de esta biblioteca itinerante.

Sabemos que este primer año de gestión es sólo el primer paso para conseguir nuestro anhelo, que es que las mujeres que acuden a Prodemu en el día a día, mejoren sus vidas y tengan más dignidad. Que encontrar soluciones para las brechas de género que aún persisten y coartan su crecimiento y desarrollo es un desafío estructural, pero estamos acelerando el movimiento, teniendo más presencia discursiva y levantando mensajes que contribuyan en esa dirección. Seguiremos trabajando para que ningún espacio esté vetado para ustedes. Para que puedan, efectivamente ser lo que sueñan de sí mismas. Decir Prodemu con todas es abrir esa puerta, siéntanse todas bienvenidas.