Fatal realidad

Considerando al estudio de "Condiciones Carcelarias en Chile" del INDH y la carta de los profesionales de Paternitas denunciando la inercia exasperante de las autoridades que muestran un culto a la tortura y al maltrato de quienes se encuentran en privación de libertad; no alcanzo a concebir que el Ministerio de Justicia -con sus distintos ministros y ministras en el tiempo- denominándose a sí mismo "Justicia y Derechos Humanos" tenga una vocación de cómplice y apañe y silencie las atrocidades de Gendarmería.

Ya lo decíamos el año 2000 antes un medio de comunicación: "Hay cuatro factores que hacen la estadía en prisión un hecho dramático y propician la reincidencia: las deficiencias estructurales, la falta de higiene, el hacinamiento y la falta de educación".

Los innumerables acuerdos firmados por Chile con organismos internacionales, entre otros, con la Asamblea general de la ONU en que se compromete el fin a la "Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes" (1984); sólo son una burla despiadada. Cabe destacar, por ausencia de atención médica oportuna, el reciente fallecimiento de una interna de la cárcel de San Miguel, sra. Mylene Cartes (50).

Ante este escenario sórdido, abusivo, cobarde y permanente nos queda el exigir -junto a miles de ciudadanos y ciudadanas ante entidades internacionales- que se multen a los países firmantes que han incumplido sus compromisos y se nominen non grato como una manera pública de ser conocido ante el mundo por sus arbitrariedades y violación a los derechos de las personas.

De no haber cambios drásticos, significativos e inmediatos, la nueva administración gubernamental estaría encubriendo, una vez más, esta fatal realidad.

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