No estamos todas, falta Camila

Ana María Bravo Castro

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Camila Rojas Ayala, otra mujer asesinada en nuestro país, víctima de un crimen despiadado y brutal en la ciudad de La Serena, donde cerca de 100 heridas cortopunzantes le quitaron la vida, todo esto en presencia de sus hijas de 5 y 9 años de edad. Es más, de no ser por Camila, su hija menor hubiese sufrido el mismo destino, morir a manos de quien evidentemente es un psicópata, el cual merece la pena de cárcel más alta que existe.

Me sumo y exijo justicia por esta joven madre de 29 años, quien estaba dormida en su domicilio cuando fue agredida, sin poder defenderse y sin motivo aparente que pueda explicar la alevosía con la que actuó el homicida.

Además de exigir un castigo ejemplar para el imputado, como Estado debiésemos preocuparnos por las dos hijas de Camila, que son víctimas directas en este caso, quedando sin su madre, en total indefensión y probablemente con problemas de salud mental a raíz de este trauma.

Por estas razones se debe procurar que estas niñas puedan acceder a medidas de protección, reparación y garantías de no repetición, que sean capaces de mitigar el terrible daño causado en este crimen.

Una vez más, estos hechos nos evidencian la realidad y la constante exposición de las mujeres a ser víctimas de todo tipo de violencias, ya sea en la calle por un desconocido, en el trabajo, en el hogar o cuando existe un vínculo emocional de por medio.

Sin duda La investigación esclarecerá los motivos que tuvo este delincuente para actuar de esta manera sobre Camila y su pequeña hija, por lo que estaremos atentas a lo que arrojen los peritajes.

Hace unas semanas se promulgo la ley que busca garantizar una vida libre de violencia para las mujeres lo que es un paso importante para todas, pero tal como lo mencionó el Presidente Boric en su Cuenta Pública, la violencia contra las mujeres también es un tema de seguridad ciudadana y debemos poner todos nuestros esfuerzos, desde los distintos enfoques para erradicarla.