A medida que el 2023 se despide, en el Colegio de Controladores de Tránsito Aéreo de Chile hacemos un balance de un período que ha sido desafiante, pero también fructífero. Este año ha marcado un punto de inflexión en nuestra historia: hemos logrado establecer un diálogo constructivo con las autoridades y, más importante aún, hemos llegado a acuerdos significativos que -esperamos fervientemente- se traduzcan en mejoras concretas para nuestro sector.
La decisión de no concretar la movilización programada para el 24 de noviembre no fue sencilla, pero fue una muestra de nuestra disposición al diálogo y la negociación. Creemos firmemente en la importancia de mantener un canal de comunicación abierto y efectivo con las autoridades, porque creemos que es la única forma de lograr cambios duraderos y significativos.
Sin embargo, nuestra postura no es de complacencia. Somos conscientes de que los acuerdos alcanzados son solo el comienzo y requerirán de un seguimiento constante y riguroso. Por ello, nos mantendremos firmes en nuestra intención de ser garantes de que las autoridades cumplan con lo prometido. Estar alertas y vigilantes es parte esencial de nuestro compromiso con la seguridad aérea y el bienestar de nuestros profesionales.
Hemos demostrado que, incluso en circunstancias adversas, la unidad y la determinación son nuestras mayores fortalezas. Este año, enfrentamos desafíos sin precedentes que pusieron a prueba no solo nuestra habilidad profesional, sino también nuestra cohesión como colectivo.
Ante la incertidumbre y las complejas negociaciones, nos mantuvimos unidos, mostrando una determinación inquebrantable. Esta unidad se manifestó en cada conversación con las autoridades, en cada decisión tomada y en cada acción que emprendimos, consolidándonos no solo como un grupo de profesionales, sino como una verdadera comunidad con un propósito común.
Ha sido esta combinación de unidad y determinación la que nos ha permitido alcanzar importantes hitos este año y la que seguirá siendo la piedra angular de nuestro éxito en el futuro. Con los acuerdos alcanzados, miramos hacia el 2024 con la esperanza de que se materialicen en acciones concretas que mejoren tanto nuestras condiciones laborales como la seguridad de las operaciones aéreas.
Nuestra misión va más allá de salvaguardar los cielos; es también asegurar que nuestra profesión sea reconocida y valorada en su justa medida. Seguiremos trabajando incansablemente, no solo para garantizar la seguridad aérea, sino también para reivindicar el rol fundamental que desempeña cada controlador de tránsito aéreo en la cadena de seguridad y eficiencia del transporte aéreo.
Al cerrar este capítulo y comenzar uno nuevo, quiero agradecer a cada socio de nuestro colegio por su inquebrantable dedicación y esfuerzo. Es su compromiso el que nos impulsa a seguir adelante. Juntos, continuaremos nuestra labor para garantizar que los cielos de Chile sean sinónimo de seguridad, eficiencia y profesionalismo.
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