Chile y Canadá: Cooperación para una ciencia polar global

Notables similitudes presentan las regiones polares del Ártico y de la Antártica, como el frío extremo, su eterna noche invernal, sus grandes extensiones blancas y propiedades geomagnéticas, que llevan a confundirlas y pensar que son más parecidas de lo que son en realidad.

Por ejemplo, la vida animal. Solo en el Ártico hay osos polares y morsas, mientras en la Antártica y en el Hemisferio Sur encontramos varias especies de pingüinos. Por ello, un personaje como Chilly Willy, que vive en los norteños iglús, solo es posible en la imaginación del estudio de Walter Lantz.

En el Ártico, un océano congelado y rodeado de continentes, el golpe del calentamiento global ha sido tan fuerte que ya se prevé su derretimiento en verano en pocas décadas. El impacto ecológico de este fenómeno se anticipa fatal para muchas poblaciones de osos polares que se extinguirían antes de 2100.

En la Antártica, un continente rodeado de océanos, afortunadamente, este impacto ha sido más acotado, pero hay zonas que están sufriendo un calentamiento acelerado, tanto atmosférico como oceánico, que preocupan a la comunidad científica, como la península Antártica y el sector de los mares de Amundsen y Bellingshausen.

Científicas y científicos chilenos, y el Instituto Antártico Chileno (INACh), han desarrollado solo en forma excepcional estudios "bi-polares", en parte por sus altos costos y requerimientos logísticos. Canadá, por su parte, es país adherente del Tratado Antártico desde el año 1988. Ambos países tenemos fortalezas científicas y logísticas en nuestros respectivos ámbitos, por lo que un acuerdo era más que bienvenido.

Es así que el pasado 21 de febrero, junto con la recalada en el muelle Prat de Punta Arenas del primer rompehielos canadiense que navega a la Antártica, el INACh y Polar Knowledge Canadá firmamos en Punta Arenas un singular memorando de entendimiento para fortalecer la cooperación en investigación polar.

El acuerdo amplía la cooperación chileno-canadiense en áreas claves como: la comprensión de los sistemas globales y promoción de la sostenibilidad; investigación y colaboración en las regiones polares; uso compartido de infraestructuras y recursos para maximizar la eficiencia y facilitar el acceso; promoción de la equidad, diversidad e inclusión y prevención del acoso; fomento del intercambio de datos, la movilidad de investigadoras e investigadores y difusión de los resultados.

Estamos expectantes ante las muchas oportunidades que se abren para la ciencia chilena, reforzando la investigación polar de ambos países y nos permite ambicionar nuevos objetivos de investigación a escala global.

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