Los temas socio-científicos (TSC) son asuntos abiertos y controvertidos, que brindan oportunidades para que los estudiantes apliquen el conocimiento y las habilidades científicas de la escuela junto a consideraciones éticas, políticas y sociales para desarrollar sus propias posiciones y perspectivas sobre un tema. Si bien este concepto no está explícitamente incluido en nuestro currículum de ciencias, otros asociados que sí están incluidos, como la "alfabetización científica", nos recuerdan que la ciencia que se aprende en las aulas debería ser útil para enfrentar los desafíos de nuestros tiempos como el calentamiento global o las futuras pandemias.
De hecho, la nueva asignatura de Ciencias para la Ciudadanía, que hoy en día presenta nuestro currículum en los últimos dos años de escolaridad, nos invita a aplicar el conocimiento adquirido en años anteriores para resolver problemas complejos en relación con el cambio climático, la sustentabilidad, los riesgos naturales o nuestra salud.
Pero, ¿por qué nuestros profesores de Ciencias deberían incluir temas socio-científicos en sus clases? Bueno, existen evidencias desde la investigación en educación científica que la inclusión de estos temas permite que los estudiantes desarrollen con mayor éxito la alfabetización científica que tanto esperamos. Incluir estos TSC facilita la comprensión por parte de los estudiantes de cómo funciona la ciencia y cómo ella se relaciona con nuestra sociedad. Finalmente, la naturaleza y la pedagogía de estos TSC son propicios para desarrollar habilidades de argumentación científica, indispensables en estos días donde las mentiras y la desinformación rodean a nuestra juventud y a la sociedad en general.
¿Cómo enseñar ciencias incluyendo temas socio-científicos? Bueno, la investigación en educación en ciencias también nos ha mostrado que hacer clases de ciencia incluyendo estos TSC es un gran desafío para los profesores y profesoras de ciencia ya que implica gestionar y coordinar una serie de conocimientos y habilidades complejas de conseguir. En una clase que enseña un TSC, la o el docente no solamente debe manejar el contenido, sino que también debe saber cómo gestionar la argumentación científica, incorporar aspectos de cómo se genera el conocimiento científico y finalmente tiene que apelar a aspectos morales, sociales o políticos asociados al tema.
Además, desde nuestras investigaciones, también sabemos que muchas veces nuestros estudiantes prefieren clases centradas en contenidos, necesarios para sacar mejores puntajes en las pruebas que definen su futuro académico, por sobre clases de ciencia centradas en TSC. Por lo tanto, el desafío es doblemente complejo. La buena noticia es que, la vida actual está llena de estas controversias, por lo que tenemos ejemplos todas las semanas de temas que nos afectan como sociedad donde, comprender la ciencia que hay detrás, nos llevará a tener una posición informada o a tomar mejores decisiones.
Por ejemplo, hace un par de meses tuvimos una alerta de tsunami debido al terremoto ocurrido en Rusia el 30 de julio. Este fenómeno natural, investigado por la ciencia, tuvo repercusiones sociales importantes en nuestra costa al decretarse una evacuación preventiva por el eventual tren de olas que se podía producir. Este podría ser un TSC para discutirlo en nuestras salas de ciencia porque, existen aspectos sociales, políticos y éticos no resueltos y debatibles. Por ejemplo, se podría debatir por qué no tenemos una legislación clara sobre evacuación vertical en nuestras costas o por qué no existe una planificación territorial que sea coherente con los riesgos de tsunami descritos por los científicos.
Otro TSC que se conoció hace pocas semanas a través de las noticias fue la declaración del presidente de Estados Unidos sobre una supuesta evidencia que relacionaba el uso de paracetamol en embarazadas, con una mayor probabilidad de presentar autismo por parte de los hijos nacidos. Luego de este anuncio, numerosas sociedades científicas salieron a desmentir esta propuesta presentando abundantes evidencias que muestran que esta relación no ha sido comprobada por la ciencia. Es decir, existen aspectos políticos y éticos asociados a cómo se aplica el conocimiento científico en las políticas de salud pública.
En síntesis, está claro que, como sociedad, continuamente estamos enfrentando noticias, proyectos de desarrollo local o nacional, nuevas legislaciones, o incluso propuestas de campañas presidenciales que involucran temas que afectan nuestra vida y que tienen una base científica que coincide con temas que debemos revisar en la educación científica escolar. Por lo tanto, es imprescindible que nuestros profesores y profesoras de ciencia incluyan cada vez más TSC en sus clases para así acercar la ciencia a nuestros estudiantes. La ciencia aprendida en la escuela no es solo capacitación para una vida laboral cada vez más compleja y llena de tecnología, es también una herramienta para desarrollar el pensamiento crítico, competencia indispensable en estos tiempos de la post verdad.
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