El jueves pasado, el Presidente Gabriel Boric recibió en La Moneda a los deportistas del Team Chile que en distintos deportes y disciplinas nos representaron en los Juegos Panamericanos Juveniles de Asunción 2025 y los Juegos Mundiales de Chengdú 2025. En el caso de Asunción 2025, compitieron 281 deportistas -141 mujeres y 140 hombres- mientras que en Chengdú, Chile se hizo presente con 27 deportistas: 15 hombres y 12 mujeres.
La cosecha de logros de esta camada de jóvenes deportistas en Paraguay la vimos con emoción a través de las pantallas de tres canales de televisión, transmisión que, dicho sea de paso, aplaudimos en su esfuerzo de acercar el deporte a la ciudadanía y, más aún, haciendo especial foco en las competencias protagonizadas por nuestros seleccionados.
Es así como fuimos testigos -tan lejos pero tan cerca a la vez- de un éxito histórico. Los atletas que viajaron a Asunción obtuvieron 65 medallas -18 de oro, 19 de plata y 28 de bronce-, superando las 58 conseguidas en Cali 2021, posicionando a Chile en el octavo lugar del medallero continental.
Ante todo es la disciplina y la excelencia de nuestros deportistas, junto al acompañamiento incondicional de sus familias y el apoyo del Estado, los factores que pavimentaron el camino hacia estas medallas. Un premio al desarrollo personal deportivo que nos llena de orgullo y que fortalece nuestra convicción de que el deporte es una tarea de Estado que debemos profundizar más aún para seguir acercándolo a las nuevas generaciones y -por qué no- transformarnos en una potencia deportiva a nivel continental.
La apuesta estratégica iniciada hace años se ha ido solidificando hacia un sistema de apoyo que permite crear las condiciones para que las y los atletas que representan al país alcancen un estándar de rendimiento de clase mundial. Es así como de un presupuesto cercano a los $8.500 millones en 2010, el financiamiento público para el alto rendimiento creció a $38.600 millones en 2024, sin incluir la inversión en infraestructura deportiva. Este aumento refleja una política sostenida en el tiempo, que ha permitido fortalecer programas y ampliar coberturas para mejorar la preparación de quienes son parte de las selecciones nacionales.
Los resultados están a la vista y nos permiten seguir soñando. Muchos de los atletas que compitieron en Asunción obtuvieron clasificaciones directas a los Juegos Panamericanos de Lima 2027 y fortalecieron sus proyecciones hacia competencias olímpicas futuras.
En paralelo, no olvidamos a los que vienen: a través del programa Promesas Chile estamos trabajando de manera descentralizada en el semillero del alto rendimiento deportivo nacional. Actualmente esta instancia cuenta con 2.408 deportistas en formación, de las 16 regiones de nuestro país, de los cuales 1.061 son mujeres y 1.347 son hombres. En ellos reside la renovación constante del alto rendimiento deportivo chileno en diversas disciplinas. Son quienes integrarán las próximas selecciones nacionales y nos representarán en las próximas citas del deporte de élite mundial.
En nosotros, por otro lado, reside la responsabilidad de sostener y ahondar la inversión pública que ha posibilitado, por ejemplo, que en 2024 hayamos presenciado el ciclo olímpico más exitoso de los últimos 20 años: tras quedar sin medallas en Londres, Río de Janeiro y Tokio, el Team Chile volvió a subirse al podio olímpico en París gracias a las preseas obtenidas por Francisca Crovetto y Yasmani Acosta.
Todo indica que podemos y queremos seguir soñando de la mano de nuestros deportistas, el apoyo de sus familias y el soporte estratégico del Estado.
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