Lo que el viento se llevó

Los mendocinos le temen. “Si usted tiene la presión alta, problemas respiratorios o cardíacos, mejor corra a esconderse al hotel”, me advirtió un remisero de malas pulgas. “Trae pura basura. ¿Ve eso de allá que parecen nubes? Pues es polvo. Polvo caliente y seco”, clamó subiendo la ventanilla del auto, con ganas de botarme en la mitad del trayecto.

Es el viento zonda, que cae en esta época y, efectivamente, es fuerte y caliente. Llega a ochenta kilómetros por hora y ayer obligó a cerrar el aeropuerto de Mendoza, aumentando el número de chilenos varados: unos porque está cerrado el paso, los otros porque los aviones nunca salen.

El zonda impidió que Chile practicara por la tarde, secó muchas gargantas (por la radio llaman a tomar mucho líquido), espantó a la gente de las calles y botó algunas ramas.

Poca cosa si se considera que los mendocinos tienen otras cosas para estar enojados. Ya el ceacheí los tiene hasta la coronilla, los gritos hasta la madrugada también, los policías de tránsito se cansaron de los autos mal estacionados (han pasado 150 partes en los últimos cinco días) pero no alegan, porque los ingresos son los mejores de la última década para esta época del año, según los datos de la Cámara de Comercio local.

Incluso sin pisar la cancha de entrenamientos, Borghi avanzó en la definición del equipo.

Vidal reemplazará a Beausejour y Carmona irá al mediocampo. Nada que no se intuyera. Seguirá Jiménez como titular hasta que Valdivia ingrese en el segundo. Y Jara se mantendrá como stopper.

Venezuela es la niña bonita de la Copa América.

“Venesueña” tituló El Deportivo y casi todos destacaron el twitter de Hugo Chávez desde Cuba: “¡Se los dije! Que grande es Venezuela. Empateee. Viva la Patria de Bolívar, viva nuestra juventud!”. Eso en deportes, porque en las páginas de internacional se destaca que el mandatario deberá ser sometido a quimioterapia.

En San Juan, mientras tanto, esperan a Piñera. Con carteles y lienzos reclamándole por el “túnel bioceánico”, que acá todos quieren para no depender del Cristo Redentor.

Más que una solicitud es una demanda. Y Cristina Fernández no va al estadio, pero también por twitter anunció que será abuela, en una derivación del “habla del futbolista”: se trata a sí misma como CFK.

Aire caliente que anticipa nevazones y frío. Si no se puede llegar ni por tierra ni por aire, capaz que la marea roja amaine con el zonda.

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