En los últimos años se han alcanzado ciertos avances en lo que se conoce como "agenda de género", y en particular para garantizar los derechos de las mujeres trabajadoras que pueden considerarse un piso a partir del cual poder seguir construyendo mejores condiciones de vida para las mujeres, que hoy son el 42% de la fuerza laboral, según señalan las cifras del INE.
La Ley Karin, el Sistema Nacional de Cuidados o la ley de Conciliación Laboral y Familiar, con todas las legítimas críticas, son un primer paso en el camino hacia un horizonte donde todas las trabajadoras cuenten con espacios laborales seguros, con avances en la corresponsabilidad y mejor calidad de vida, en un escenario político y social complejo por la presencia de un sector político que buscan poner en riesgo lo poco que se ha podido avanzar.
En este sentido la conmemoración del 8 de marzo de este 2025 pone en la mesa una serie de desafíos que tenemos las mujeres del mundo del trabajo, como actrices políticas y con la posibilidad de influir en la agenda laboral de este año, el que consideramos fundamental en la disputa por mejores condiciones de vida.
Desde la vicepresidencia de la Mujer y Equidad de Género de la CUT creemos que en un punto crítico de esta agenda el seguir implementando el Convenio 190 de la OIT, el que fue aprobado el año pasado por la el Congreso Nacional, y que obliga al Estado de Chile a llevar adelante una plataforma legislativa que permita asegurar y garantizar entornos laborales seguros, libres de violencia y abuso, sumado a la revisión de la implementación de la ley Karin y las problemáticas existentes.
Al mismo tiempo es fundamental, considerando que parte importante de las mujeres trabajadoras son el único sustento económico de sus hogares, que exista una mayor cobertura tanto para los cuidados como para la conciliación laboral, con medidas concretas que den cuenta de la realidad, No se puede discriminar a las mujeres por el tipo de empleo que desarrollan para poder acceder a beneficios que permiten, primero, trabajar y luego poder hacerlo con cierta tranquilidad.
En esta materia hemos hecho llegar nuestras observaciones al Gobierno para avanzar en esta demanda, pues consideramos que estás leyes deben apuntar a mejorar las condiciones de vida de todas las mujeres que laboran a lo largo de nuestro país. Un gobierno de carácter feminista no debiera tener ni dudas ni cálculos en estos asuntos.
En materia legislativa es urgente la aprobación este año en el Congreso de la ley de Equidad Salarial, que hoy se encuentra en trámite en la comisión de Trabajo del Senado, la cual apunta a establecer iguales salarios para mujeres y hombres que realicen similares labores, lo que se representa en la brecha salarial de casi 27%, según indica la Segunda Radiografía de las Mujeres en los Lugares de Trabajo, publicada por BUK en febrero de 2024.
Finalmente, en esta fecha debe permitirnos avanzar en levantar una agenda del futuro del mundo del trabajo con perspectiva de género, donde materias como la automatización, la migración y la seguridad en nuestros trabajos deben estar presentes. Además de la demanda inmediata de negociación ramal, la que asegura pisos mínimos en materias relevantes para las mujeres trabajadoras.
Esta agenda marca el horizonte del 8M en Chile y sostiene la convocatoria a paro activo que realizó la CUT para el próximo 3 de abril, por lo que las mujeres trabajadoras comenzamos a movilizarnos desde ya en la tarea de conseguir mejores condiciones de vida en nuestro país.
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