Desde hace ya algún tiempo, previo al período de pandemia, muchas familias estaban optando por educar a sus hijos en casa, modalidad conocida como homeschooling. Las razones eran variadas, como proteger a niños que eran víctimas de bullying, los costos de los colegios que son muchas veces estresores de la economía familiar, dudas frente a la calidad educativa que entregan los establecimientos educacionales o por una pérdida de confianza en el sistema educativo general.
Así, familias decidieron, y prefirieron, usar otras formas de promover el desarrollo de competencias y aprendizaje de sus hijos desde el hogar, organizándoles una rutina diaria y siguiendo las orientaciones curriculares establecidas por el Ministerio de Educación.
Hay que aclarar que no hay una forma única de homeschooling, en donde los tiempos, los recursos y los encargados varían. Por ejemplo, puede ser uno de los padres quien se encargue del proceso de enseñanza, o que cuenten con un/a docente que lo lidere, tanto a diario o solo algunos días de la semana. También se encuentran los colegios virtuales, que ofrecen servicios educativos de manera completamente en línea. Al ser una modalidad que no cuenta con reconocimiento por parte del Ministerio de Educación, a fin de año, los estudiantes deben rendir exámenes libres para así certificar o validar los estudios del nivel cursado y seguir con el próximo nivel educativo.
Con la llegada de la pandemia, la oferta de colegios virtuales ha crecido exponencialmente respeto de los que ya existían desde hace algunos años atrás, los cuales cuentan con servicios educativos que atienden a los niños desde la educación inicial hasta la enseñanza media, incluso algunos imparten servicios de estimulación temprana para los niños en sus primeros meses de vida. Esto lleva a que nos preguntemos sobre los beneficios y desventajas que puedan tener estos colegios.
Dentro de los beneficios encontramos que los servicios prestados son exclusivamente en línea, lo que permite a los estudiantes realizar la totalidad de las actividades escolares desde su propio hogar. Además, las jornadas escolares diarias tienden a ser más cortas, por lo que los niños y jóvenes tienen espacio para practicar deportes o realizar otras actividades que promuevan habilidades artísticas o musicales. Estos tipos de establecimientos, cuentan también con múltiples recursos a los que sus estudiantes pueden acceder de manera asincrónica y suelen tener un costo menor que los establecimientos educativos particulares presenciales.
Si bien presenta estos múltiples beneficios también existen algunas desventajas que hay que tener presentes: el desarrollo socioemocional de sus estudiantes.
Es precisamente en la etapa escolar donde los niños forman lazos de amistad, tienen rencillas, aprenden a trabajar con compañeros que son distintos a ellos y comparten, no solo un espacio académico, sino que también de esparcimiento. Si bien algunos colegios virtuales realizan encuentros presenciales, esto es esporádico, por lo que es importante de igual modo fomentar este aspecto a través de otras instancias sistemáticas que pueden ser desde jugar en la plaza con amigos hasta inscribirlos en talleres o actividades deportivas en las que se den lugar el socializar y compartir, para así asegurar el óptimo desarrollo del niño o adolescente, que apunta al fortalecimiento de habilidades blandas, tan necesarias para su futuro, como el ámbito académico.
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