Los resultados de la Prueba de Transición de Acceso a la Educación Superior (PDT) evidencian que los mayores puntajes fueron obtenidos por estudiantes provenientes de colegios de dependencia particular pagada. Específicamente, el 95% pertenece a esta dependencia administrativa, siendo el 80% de estos, a la zona oriente de la Región Metropolitana.
De los particulares restantes, sólo uno es de Maipú y tres de regiones (Chiguayante, Puerto Varas y Temuco). El único liceo presente en el ranking es el Augusto D'Halmar de la comuna de Ñuñoa.
A nivel de puntajes nacionales, este 2022 hubo 180, 50 menos que en 2021. Dentro de los resultados destacan sólo 5 en la prueba de Comprensión Lectora (3 más que 2021) y 4 en la de Historia y Ciencias Sociales (el 2021 no hubo puntajes nacionales en esta prueba).
Si bien la prueba de Matemáticas concentra el mayor número de puntajes nacionales, es la única que evidencia una disminución: el año 2021 concentró el 94,7% de los puntajes y este año, el 80%. A nivel territorial se observa que el 62% de los puntajes nacionales se concentra en la Región Metropolitana (112 específicamente), siendo seguida por la del Biobío, con 14.
No obstante lo anterior, una de las pocas buenas noticias que dejan estos resultados, es que -por una parte- se acorta la brecha entre estudiantes de establecimientos científico humanista y técnicos profesionales; y por otra, quienes no hayan obtenido el puntaje necesario para postular a lo que querían o donde querían tendrán la posibilidad de rendir las pruebas que necesiten nuevamente en invierno.
Si analizamos las posibles causas de estos resultados se encuentra la ya histórica inequidad existente entre los colegios de distintas dependencias administrativas. Es importante analizar este fenómeno desde su aspecto más nuclear, en donde si bien se han desarrollado iniciativas que deberían aportar al aprendizaje de todos y cada uno de los estudiantes, faltan otras por abordar. Contamos en la actualidad con un fortalecimiento en el ámbito de la docencia, el cual viene impulsado desde 2016 con la promulgación de la Ley N°20.903.
Este 2021 además se aprobaron un gran número de los estándares de la profesión docente. Si bien se ha trabajado fuertemente este ámbito, los aprendizajes no son de exclusiva responsabilidad de los profesores. Elementos administrativos, económicos y curriculares también juegan un rol importante. Un ejemplo a nivel curricular se aprecia en las bases de Educación Básica (1° a 6° básico), las que cumplen 10 años de vigencia este 2022, lo que hace necesario pensar en su necesaria actualización.
Una segunda causa a considerar es la crisis sanitaria que estamos viviendo desde hace ya un par de años, lo cual afectó el proceso de aprendizaje de los estudiantes a nivel nacional. La pandemia develó la brecha digital existente y que ha afectado a los estudiantes en términos de acceso a internet, a equipos tecnológicos que permitieran su conectividad a clases, entre otras; dejando en evidencia y agregando otro factor a la inequidad escolar.
La inequidad educativa es un aspecto que debe ser trabajado desde variados ángulos para poder así ofrecer mayores y mejores oportunidades a la totalidad de los jóvenes, facilitando y permitiendo de esta manera, un mayor acceso a la Educación Superior.
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