A comienzos de la presente semana, ha salido a la opinión pública el documento, “La educación en tiempos complejos y de oportunidades: necesidad de una visión sistémica, integradora y humanizadora” escrito por siete académicas de diversas universidades, entre las que me encuentro.
El propósito de este trabajo, es difundir voces no-oficiales en torno a temas fundamentales de la educación que son necesarios repensar en estos tiempos complejos y de incertidumbre, y con ello, abordar los problemas coyunturales, con altura de miras y con la necesidad urgente de resolverlos.
Si bien, a este grupo de académicas nos une ser todas Educadoras de Párvulos, la vida nos ha llevado a transitar por diversos niveles del sistema y organismos educacionales, lo que nos permite analizar desde la academia a la educación en su conjunto.
Los diagnósticos en torno a este tema, ya están todos hechos; debemos buscar los problemas comunes del sistema y ciertas bases para avanzar teniendo en cuenta la dramática situación que estamos experimentando, y en las que urge realizar cambios significativos y aprender de esta dura experiencia.
Por ello, este documento abierto que está disponible en el sitio Web de la Universidad, invita a que las comunidades educativas del país hagan su propia reflexión y propuestas. El mensaje es fuerte y claro, necesitamos que la educación chilena haga un vuelco desde lo existente, tanto lo explícito como lo implícito que a veces es más fuerte que lo declarado, para mejorar efectivamente.
El modelo parcializado, bastante instrumentalista, basado en la desconfianza, y en el exagerado control del aparato estatal que hay que modificar, nos invita a un enfoque más humanista. Ello significa que debemos reconocer diversidades, ofrecer participación efectiva de todos los involucrados, centrarnos en la confianza de profesores y sus comunidades educativas, ofrecer oportunidades reales de flexibilidad donde los currículos puedan recoger los sentidos, características e intereses de los estudiantes en sus contextos, quienes deben ser puestos verdaderamente como eje de nuestro actuar docente.
También quisimos abordar temas contingentes, como el retorno a clases, planteando con argumentos lo que está sucediendo en otros países respecto al ingreso de los párvulos, motivo por lo que la educación parvularia debe ser el último nivel en volver cuando se supere la crisis sanitaria. Ello, porque es imposible dadas las características de los niños y niñas, y del trabajo con ellos, mantener distancias y los resguardos sanitarios.
Igualmente preocupa la situación actual en las Salas Cunas y Jardines Infantiles, en especial, de los sectores vulnerables. Es cierto que se han hecho esfuerzos de los organismos públicos de llegar a ellos con alimentación, algunos materiales didácticos y sugerencias de actividades a realizar en casa mediante lo virtual; pero también, la situación delicada de ellos, requiere alimentación diaria con nutrientes de calidad, mucha contención afectiva y desarrollo de actividades integrales desde la cotidianeidad, lo que no es fácil de realizar cuando se está en situación de hacinamiento y de otras carencias de la pobreza material.
Por estas y otras causas, se solicita al gobierno, instalar una mesa amplia de atención integral a la primera infancia, donde no estén sólo los ministerios y las instituciones públicas con una mirada intersectorial, sino la academia, organismos internacionales (OMEP, OEI, UNICEF), ONGs, y Colegios profesionales, para abordar los múltiples problemas actuales del sector y los que vienen pos pandemia, lo que debe llevar a tener un enfoque diferente en los programas de atención y en lo educativo.
El documento en comento y las solicitudes que se plantean para su consideración, esperamos sean consideradas por las autoridades, en beneficio de una mejor educación para nuestros niños y niñas que están pasando duros momentos, por lo que no debemos olvidar que el interés superior de ellos, debe ser el eje de nuestro actuar, por sobre cualquier otro fundamento.
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