La traición de Lenin Moreno

Existen varios casos de líderes, tanto en América Latina como en el resto del mundo, que han sido traicionados por alguno de sus más cercanos y obsecuentes seguidores. Pero el caso de Lenin Moreno, presidente de Ecuador respecto de su antecesor, Rafael Correa, es uno de los más emblemáticos y recientes.

Como se sabe, la campaña presidencial de 2017 fue muy reñida. Tanto es así, que algunos analistas pronosticaron la derrota de Alianza País. Y en efecto, la contienda que confrontó a la alianza gobernante con Creando Oportunidades, liderada por los accionistas del Banco de Guayaquil, empresarios importantes y las grandes empresas de comunicaciones, resultó en una diferencia de apenas tres puntos en favor de Lenin Moreno: Sólo 200 mil votos.

Las disputas entre el saliente presidente Correa y el entrante Moreno comenzaron a manifestarse desde el principio. El nuevo gobierno asumió la estrategia del dialogo con la oposición, los cuestionamientos al manejo económico del anterior gobierno y una persecución implacable a los partidarios del ex presidente Correa.

La ruptura total se concretó con la llamada Ley de Reactivación Económica, la usurpación legal del Movimiento Alianza País fundado por Correa y la convocatoria a una consulta popular que pretendió enterrar al correismo para siempre.
Pero las diferencias no terminaron allí. Moreno se ha empeñado en judicializar sus diferencias con Correa, remitiendo varios casos a la justicia, violando los principios de presunción de inocencia y el debido proceso. Para aquello Moreno recurrió a la Contraloría, con el objeto de desprestigiar, desgastar y amedrentar al correismo.

Seguidamente ha utilizado al Poder Judicial, declarando arbitrariamente prisiones preventivas contra ex funcionarios, incluso antes de que inicien las investigaciones y sobre denuncias carentes de contenido específico.

Estos métodos fueron los que llevaron a prisión a Jorge Glas, primero destituido y luego detenido. Glas fue llevado a la cárcel de Latacunga en condiciones infrahumanas, sin ninguna prueba en su contra.

El 8 de junio de 2018 la fiscalía procedió contra Rafael Correa, vinculándolo con el Caso Balda. Caso fabricado por la sola circunstancia de haber sido presidente el Ecuador. Se dictó prisión preventiva en su contra y se ordenó difusión roja a la Interpol para su captura internacional y extradición, ya que, como es sabido, Correa reside en Bélgica con su familia, desde que dejo la presidencia.

Más tarde, el 18 de abril de 2019, un juez penal formuló cargos contra Ricardo Patino, ex canciller de Correa, por llamar a la resistencia combativa contra el gobierno de Moreno.

Acto seguido, el secretario de Comunicación de Moreno solicito a la justicia ordenar la prohibición de salida del país a todos los ex funcionarios del gobierno de Correa.

A casi dos años del gobierno de Moreno, el gobierno continúa su plan de neoliberalizar la economía nacional: rebaja de impuesto a los sectores concentrados, como el Impuesto a la Renta; eliminación del impuesto a las tierras rurales; reducción de 50% de las tarifas eléctricas a los industriales e incremento de 17% a la ciudadanía; flexibilización laboral para casi todos los sectores de la economía nacional; privatización de empresas y servicios públicos y paralización de obras públicas.

Como resultado de tales políticas, se ha reducido el presupuesto de salud en USD 536 millones y el presupuesto en educación ha sufrido un recorte de USD 420 millones.

Se han perdido 200 mil puestos de trabajo. Aumentó la pobreza a 1.500.000 personas, la economía tuvo un crecimiento de -0,5 % en 2019, con una deuda que se empina por sobre los USD 11.000.000 en sólo 19 meses.

Lenin Moreno, aliado con la partidocracia ecuatoriana y los grandes poderes económicos y facticos del país, ha consumado una traición flagrante contra el líder del proyecto político más exitoso de la historia de Ecuador, quien además fue uno de los pilares de su campaña, heredándole el poder con la confianza de que profundizaría la Revolución Ciudadana.

Estos son los hechos concretos y dolorosos. Las democracias en América Latina han sido conculcadas de muchas formas, pero en su destrucción la peor es la traición. Esta es la calaña de individuo que acaba de visitar Chile y es un deber difundirlo.

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