Niñas y mujeres como arma de guerra
En tanto preparaba una columna para visibilizar el Día Internacional de la Niña, y todos los desafíos que ello presenta, ocurrió el ataque de Hamas a Israel que nos horrorizó. Son 1.400 masacrados de las formas más brutales, 3.400 heridos y más de 200 secuestrados que están viviendo un infierno.
En ese contexto, el Día de la Niña se transformó para nosotros en el Día de las niñas y mujeres vulneradas, violadas, torturadas y usadas como arma de guerra.
Por ello nos reunimos con la ministra Antonia Orellana, a quien le compartimos el horror que esto ha significado para las mujeres de distintos países que fueron atacadas el día 7 de octubre en Israel, incluyendo a Mia Schem, nieta de chileno, y Loren Garcovich Montoya, chilena nacida en San Felipe.
También le entregamos una carta firmada por más de 3.300 mujeres que condena el silencio frente a las vulneraciones cometidas por Hamas.
Porque como dice el rector Carlos Peña, "hay algo de absurdo y ridículo cuando en algunos países (incluido Chile), ciudadanos se manifiestan a favor de la agresión contra Israel, enarbolan banderas multicolor, el símbolo del orgullo gay, o hacen flamear emblemas feministas o reclaman el derecho a la protesta, olvidando así que los gays serían perseguidos, cualquier protesta reprimida y las mujeres, sometidas".
"Ni una menos" es una consigna que no debería admitir distinción alguna. Cuando pronunciamos esta frase nos referimos a todas las mujeres, adolescentes y niñas del mundo, cualquiera sea su religión, nacionalidad o etnia. Sin embargo, nos hemos decepcionado de organizaciones que se dicen feministas, que han guardado un doloroso silencio frente a este horror. Y aún peor, en algunos casos, han intentado justificar la comisión de dichas atrocidades.
Con profundo pesar hemos visto cómo organizaciones feministas en Chile tildan de resistencia las terribles acciones perpetradas por el grupo terrorista Hamas en Israel, con comunicados en los que no se condena de forma alguna la violencia contra mujeres y la profanación de sus cuerpos.
Quienes hemos luchado por los derechos de las mujeres no podemos, bajo ninguna circunstancia, dejar de condenar las acciones de grupos terroristas que las han violado, mutilado sus genitales y abusado de ellas frente a sus familias, grabando además estas atrocidades para vanagloriarse de ellas.
Frente a esto, nada dicen. Este silencio es una daga en la espalda que duele indescriptiblemente. Es también un insulto para cientos de palestinas sometidas a un régimen machista que vulnera diariamente sus derechos fundamentales, que promueve el matrimonio infantil, genera desigualdad en la educación y aplica violencia de todo tipo, especialmente de género.
Invitamos a quienes luchan por la reivindicación de los derechos de mujeres, adolescentes y niñas, a no admitir distinciones, para lo cual pueden suscribir la "Declaración Pública en condena al silencio frente a las vulneraciones cometidas por Hamas".
Como Comunidad Judía de Chile seguiremos abogando por los derechos de las mujeres, y especialmente por la liberación de Mia y Loren.
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