En un hecho tan sorpresivo como alentador, Israel y los Emiratos Árabes Unidos anunciaron su voluntad de establecer relaciones diplomáticas plenas, a través de un tratado de paz entre los dos países que se firmará en Washington dentro de algunas semanas.
Este histórico acuerdo es un logro importante y significativo de la diplomacia, que servirá para promover la seguridad y la estabilidad en toda la región, abriendo de paso una oportunidad para avanzar en acuerdos similares con otros países árabes moderados.
Cabe recordar que en los últimos años se apreciaron varias señales de acercamiento entre Israel y algunos países árabes, como por ejemplo la reunión del primer ministro Benjamín Netanyahu con el entonces sultán Qaboos de Omán, las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores de Bahréin, diciendo que Israel forma parte del patrimonio de toda la región, las visitas de ministros israelíes a reuniones oficiales, la participación de delegaciones deportivas israelíes en competencias internacionales en varios países del Golfo, y los anuncios de cooperación bilateral en el combate al coronavirus.
El acuerdo de paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos incluirá la apertura mutua de embajadas, vuelos directos y muchos otros convenios bilaterales. Los dos países mejorarán aún más sus relaciones en una serie de áreas, incluidas la economía, la medicina, la ciencia, la tecnología, la cultura y el turismo.
Por otro lado, resulta decepcionante que el liderazgo palestino haya reaccionado negativamente al acuerdo, calificándolo como una traición a su causa, y dando un nuevo portazo a la paz, justo ahora que se esboza un escenario donde varios países comienzan a privilegiar el pragmatismo, para avanzar hacia donde existen posibilidades reales de prosperar.
Obviamente, también hay países donde predominan posiciones extremistas, como Irán y Siria, que se oponen a cualquier tipo de acercamiento con Israel, privilegiando la vía violenta y el terrorismo. En tal sentido, la reacción del liderazgo palestino lamentablemente los alínea con las posiciones más extremistas y los aleja de los moderados y progresistas.
Esperamos que la comunidad internacional siga apoyando los esfuerzos de diálogo entre Israel y los países árabes moderados, un diálogo que por lo demás está abierto a todos los pueblos que quieran sumarse al “círculo de la paz”, donde Israel será un socio activo para un futuro de cooperación y prosperidad.
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