El 2 de febrero es el día mundial de los humedales, en este año la campaña de la Convención Ramsar es la "Restauración de los humedales", subrayando la urgente necesidad de dar prioridad a la restauración de estos. En las ciudades, esta recuperación es aún más difícil, por los niveles de degradación y mal uso. Por ello, los parques urbanos son una alternativa real y sustentable, ya que aportan al bienestar y la calidad de vida a las personas en ciudades cada vez más saturadas por el ruido, la polución y la congestión. Transformar humedales urbanos en parques de biodiversidad puede ser una medida para fortalecer la equidad, la salud mental y la integración social, con espacios inclusivos, multifuncionales, diversos, resilientes, seguros y con identidad, que contribuyan al desarrollo local y al equilibrio socioambiental.
Pero un humedal no es un parque, esto quiere decir que transformarlos en esta figura no significa que se comporten como un área verde tradicional. Es decir, debemos respetar que es un área sensible y un hábitat de muchas especies. Por supuesto, es prioritario este reconocimiento, ya que los parques son la figura de inversión más común en áreas verdes y espacios abiertos. Por tanto, es necesario estandarizar criterios en su definición y gestión, apuntando a la infraestructura verde y azul con un diseño cuidadoso, por ejemplo, en las luminarias o en los recorridos. Si seguimos sin aprovechar las más de 90 declaratorias de humedales urbanos, estamos aislando de la potencialidad de la red de espacios naturales y de agua de la ciudad, sobre todo para la adaptación a las nuevas condiciones de riego y de temperatura, la biodiversidad urbana, protección de la costa y, por supuesto, bienestar social para enfrentar problemas en aumento que nos aquejan y de los cuáles existe relación con el entorno, como la obesidad y el estrés.
Un parque de humedal urbano también fortalecería procesos de planificación urbana para que esta definitivamente pueda potenciar los espacios abiertos en red y mejorar su accesibilidad. Los humedales urbanos no pueden seguir como espacios aislados, se deben vincular y conectar conformando anillos y corredores ecológicos. En Chile aún no existen planes maestros de infraestructura verde-azul, sería ideal que a partir de las declaratorias de humedales urbanos se propicie una política para desarrollo de parques integrados a corredores biológicos, juntos a los bosques urbanos.
En este día mundial de los humedales, reflexionemos sobre estrategias para su restauración. Los parques son solo una alternativa de muchas, lo importante es fortalecerlos como soluciones basadas en la naturaleza, aportando al drenaje urbano de las aguas lluvias y la resiliencia comunitaria, ya que también pueden funcionar como espacios de resguardo, evacuación y seguridad post catástrofes. Nuestras investigaciones han demostrado que, si incluimos a los humedales como infraestructura verde-azul, mejora la accesibilidad a la naturaleza y a la mitigación de inundaciones en ciudades chilenas.
Las nuevas inversiones deben aportar por la restauración de los humedales urbanos, de ríos urbanos y cursos de agua en la ciudad, restaurar para la resiliencia, la gestión de las aguas lluvias, la seguridad de la infraestructura sanitaria, la inclusión, la salud mental, entre otras, con beneficios invaluables para nuestras ciudades. No desechemos esta oportunidad.
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