Las Últimas Noticias, La Segunda y El Mercurio son hoy en día los únicos tres diarios de circulación nacional que aún existen de manera impresa en todo Chile, tras el cierre de la edición en papel de La Cuarta y la restricción de La Tercera a la Región Metropolitana y el Gran Valparaíso, sólo los fines de semana.
Preocupante, puesto los tres primeros son parte de la misma compañía, El Mercurio, que es dueña de cerca del 99% de los periódicos en Chile, incluyendo a emblemáticos como El Sur de Concepción, El Austral de Temuco o El Mercurio de Valparaíso, y a todas las versiones regionales de La Estrella, SoyChile, HoyxHoy y las radioemisoras Digital FM, Positiva FM y Radio Universo. Es decir, un monopolio por donde se le mire.
Son efectivamente muy pocos los periódicos o diarios regionales que se mantienen a flote, entre ellos El Rancagüino de Rancagua, El Día de La Serena o La Tribuna de Los Ángeles. Lamentablemente, El Centro de Talca debió cerrar sus puertas durante los últimos meses del 2020.
La razón que se esgrime para el cierre de los periódicos y el despido de más de 200 personas en el Grupo Copesa es la crisis económica y lo malo del mercado de las comunicaciones.
Sin embargo, su fundador y principal controlador, Álvaro Saieh, que entre los millonarios del mundo de acuerdo a Forbes alcanza el número 1.613, pasó durante el último año a aumentar su patrimonio desde US$1.300 millones a US$1.600 millones.
Esto nos recuerda cuando hace algunos años, precisamente el 2012, durante el primer mandato de Sebastián Piñera, éste decidió cerrar el diario La Nación, "una medida injustificable que lesiona aún más la diversidad política y cultural nacional, refuerza la concentración de los medios, deja al Estado sin posibilidades de informar directamente y, sin duda, daña la libertad de expresión", afirmé aquella vez, como vicepresidente del Senado.
Efectivamente, La Nación tenía casi 100 años de vida cuando Piñera decidió cerrarla, una decisión que reflejó la falta de voluntad política y legislativa que ha existido durante décadas para sostener y fomentar la creación de nuevos medios, que paradojalmente, se han ido cerrando más que nunca desde el retorno a la democracia. Cuando eso ocurre en otros países, se acusa falta de libertad de expresión y autoritarismo, pero cuando eso ocurre en Chile, nadie dice nada, escudándose la mayoría de las veces en argumentos economicistas y empresariales, tal como en esta ocasión con La Cuarta y La Tercera.
Por ello es necesario y urgente un subsidio para los medios independientes y/o regionales, en el marco de una Ley de Prensa que consagre un sistema de medios de comunicación públicos, protegiendo el trabajo periodístico y regulando la concentración económica de los medios de comunicación.
Sólo como ejemplo, The New York Times estuvo muy cerca de la quiebra hace algunos años, tras la irrupción de los medios online y la baja sostenida de la edición en papel. Pero no claudicaron. Sólo les faltó vender los muebles, pero siguieron pagándole excelentes sueldos a sus periodistas (que hoy en día superan los US$100.000 al año), de forma de mantener el trabajo de excelencia que los ha hecho ser distinguidos con 130 Premios Pulitzer, más que ningún otro periódico, y tras adecuarse a las circunstancias del nuevo panorama digital, hoy emplea a 1.700 reporteros y es el medio con mayor cantidad de suscriptores en Estados Unidos.
Por ello creemos que llegó la hora de retomar el debate sobre una Ley de Medios en Chile, sin olvidar que la vez anterior en que esto se discutió, y cuando se propuso la creación de un fondo para apoyar la creación de medios regionales, no llegó a aprobarse ya que se impuso el lobby empresarial, el mismo que hoy tiene a TVN en las cuerdas, esperando que muera tal como lo hicieron con La Nación, El Centro y tantos otros.
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