Mike Pompeo, Secretario de Estado de los Estados Unidos, señaló hace unos días en conferencia de prensa: estoy orgulloso de lo que hemos hecho en la región, queda mucho trabajo por hacer en nuestro patio trasero, en nuestro Hemisferio. Asimismo, prometió que ayudará a los gobiernos legítimos de América Latina para evitar que las protestas, que se desarrollan en diversos países, se conviertan en sublevaciones.
Y a fines de octubre, luego que el Gobierno de Piñera decidiera suspender la APEC y la COP25, el vocero de la Casa Blanca, Judd Deere afirmaría que EEUU respalda a Chile, un aliado importante, mientras trabaja para restaurar pacíficamente su orden nacional, al mismo tiempo que su Presidente Donald Trump, denunciaba los esfuerzos extranjeros para socavar las instituciones, la democracia o la sociedad chilena".
Preocupantes declaraciones, viniendo de las autoridades del país que influyó directamente en las sangrientas dictaduras del siglo pasado en América Latina, y que propició Golpes de Estado en al menos catorce naciones entre los años 1948 y 2009, desde Guatemala y Haití, hasta Chile y Argentina.
Pero lo más alarmante, es que sea nuestro propio Presidente de la República, Sebastián Piñera, quien frente a la masiva movilización social del pueblo chileno, que exige el fin a la desigualdad, cárcel para la corrupción o una nueva Constitución, replique con las mismas frases que usaba Augusto Pinochet, aludiendo a un enemigo poderoso y a un Estado de Guerra.
¿Contra quién estamos en Guerra, Presidente Piñera?
¿Quién es el enemigo poderoso al cual se refiere?
Sus afirmaciones a la BBC y al diario El País respecto de gobiernos extranjeros que han intervenido en la crisis y han promovido las movilizaciones sociales, son gravísimas.
También ha dicho por cadena nacional, a los 17 millones de chilenos y chilenas, que además de estar en guerra, enfrentamos a un enemigo poderoso, organizado, con influencia desde el exterior.
Por ello me he entrevistado con el Fiscal Nacional Jorge Abbott, a quien solicité una investigación por los dichos del multimillonario 804 en la lista Forbes, ya que si el Presidente tiene antecedentes, debe ponerlos a disposición inmediata de la Fiscalía Nacional y del Congreso Nacional.
Es de una irresponsabilidad extrema, que el Presidente de la República emita esos comentarios, que acuse tan fácilmente a otros, sin fundamentos, sin fuentes, desviando la atención de las justas demandas sociales que tienen al pueblo en la calle.
Pues si el que afirmara estos dichos no fuera el Presidente Piñera, hoy estaría detenido por transgredir las leyes chilenas, la Constitución de Pinochet que tanto defiende, al promover de manera directa o indirecta el levantamiento de las masas en contra del Gobierno, lo que en una democracia, es inaceptable.
Por tanto, Piñera debe aclarar quien es ese enemigo poderoso, implacable, que quiere destruir Chile, si es imaginario o real.
Nosotros al menos tenemos claro que el mayor enemigo al que nos enfrentamos es la desidia; son los oídos sordos, los acuerdos en vano que no escuchan ni consultan a la ciudadanía; el armamento y la violencia de los Agentes del Estado; los ojos que se han perdido; el modelo económico, el neoliberalismo; la Constitución de Pinochet; la corrupción; la desigualdad.
Esos son los verdaderos enemigos poderosos a los que el Presidente Piñera debería enfrentar, pero no lo hará, ¿verdad?
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