De encuestas y manipulación pública

Para nadie es un misterio a quien pertenecen las encuestas en Chile; el mejor ejemplo de ello es Cadem, que es la que entrega los resultados semanalmente y basa su información en entrevistar a menos de mil personas.

Esta encuesta, es dirigida por Roberto Izikson, quien laboró hasta el año 2010 en Adimark, desde donde pasó a trabajar para el gobierno de Sebastián Piñera, hasta septiembre del 2013, para luego unirse al comando presidencial de Evelyn Matthei. Es decir, no son necesarias más palabras para entender el perfil de este estudio de opinión.

Y si bien cada grupo económico o de poder tiene derecho a elaborar sus propios sistemas de investigación, es injusto por decir lo menos que dichos instrumentos se usen para manipular a la opinión pública, de forma sesgada, claramente beneficiando a un solo candidato y utilizando una metodología al menos cuestionable.

Pues esta pseudo-encuesta de Cadem, entrega sus resultados cada semana, por lo que desde hace tiempo se le cuestiona su metodología. Hoy sabemos que pese a que dicen hacer 491 llamados telefónicos a las 73 comunas con más de 50 mil personas, existen denuncias de diversos ciudadanos a quienes se les contactó y cuando mostraron cierta tendencia de izquierda en sus respuestas, el llamado repentinamente se cortó.

Además, señalan que entrevistan a 223 personas cara a cara en puntos de afluencia, pero todo parece indicar que esto se hace exclusivamente en el Paseo Ahumada de Santiago.

Dicha metodología, si se le puede llamar de esta forma, claramente beneficia a los candidatos que centran sus actividades en la Región Metropolitana y sobretodo, a quienes tienen el poder del dinero, pues su continua propaganda y compra de espacios mediáticos, logra que quienes pasean por el centro de la capital se vean influenciados al momento de responderla, pero claramente no refleja la realidad de un país de 4.500 km de largo y donde viven más de 17 millones de personas.

Y aunque parece inaudito, es lamentablemente en base a este pseudo-estudio de Cadem, que algunos periódicos, canales de TV o radios, elaboran su agenda semanal.

Pues si bien hay diversos medios de comunicación que siguen siendo pluralistas y no se dejan influenciar por el poder del dinero, cabe preguntarse en qué nivel está el periodismo en Chile, cuando existe una tendencia al alza en los medios que elaboran sus directrices semanales, en base a una encuesta que a todas luces, está viciada.

Ya que ningún medio serio replicaría una “encuesta nacional” que abandona todo parámetro metodológico, y que basándose en las respuestas de doscientas personas en el centro de Santiago y de quinientas llamados telefónicos que se cortan, calcula una proyección de votación.

Lo irrisorio es que pese a las graves falencias mencionadas, ha logrado transformarse en un montaje comunicacional que solo sirve a los intereses de un sector, la derecha económica y que se refleja en los resultados que muestran: Piñera siempre liderando e incluso con los mayores índices de imagen positiva, pese a que todo Chile sabe del historial de actos reñidos con la ley del zar de los paraísos fiscales.

Más irrisorio aun, es que en base a esta encuesta (y otras con el mismo perfil) el mismo empresario Piñera se escuda en que solo va a conversar con los candidatos que están más arriba y por tanto, está evitando debatir con nosotros, pese a que el país entero sabe que no quiere enfrentarnos pues desnudaremos todas sus mentiras, sabe que le vamos a recordar como ha engañado a todo Chile durante 30 años.

Por ello decimos que la acción de Cadem es perversa, ya que aprovecha el vacío legal en esta materia para engañar a la opinión pública, tratando de hacer una medición de la realidad y olvidándose de las predicciones electorales, dejándonos fuera, pese a que en la última elección obtuve más de 150 mil votos de la ciudadanía, lo que en una primera vuelta presidencial significaría alrededor del 2.5% de los sufragios.

Las encuestas entonces se han convertido en un verdadero poder fáctico que busca crear una realidad que lleva a la gente, a la ciudadanía, hacia un destino irremediable, que es la elección de candidatos que son funcionales al modelo o a los intereses corporativos que representan los mismos dueños de las mencionadas encuestadoras.

Hago entonces un llamado a los medios de comunicación a no dejarse influenciar por los grupos de poder ni por pseudo-encuestas como la señalada. La opinión pública merece tener mejores niveles de información sobre sus candidatos y los electores que no se les trate como a rebaños de ovejas. En Chile existe metodología, técnicas y capital humano para hacerlo, por lo que esperamos que la transparencia y la honestidad se impongan de ahora en adelante.

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