El Presidente Boric y el Partido Socialista

Las reuniones de la mesa directiva y de las bancadas parlamentarias del Partido Socialista con el Presidente Boric han motivado diversas interpretaciones mediáticas, por lo cual es importante referirse a su contenido y realización.

Se trata de una conversación trascendente para el conocimiento mutuo, una mejor interacción entre el Mandatario y uno de los partidos con más presencia parlamentaria dentro de las formaciones que lo apoyan, así como para las perspectivas de configurar una potente fuerza socialista, unitaria y convocante, con capacidad transformadora en el país.

La vía democrática para el cambio necesario en nuestros países se ha confirmado como la ruta que puede conjugar la lucha por la igualdad y la justicia social con el irrestricto ejercicio de las libertades fundamentales para impedir las deformaciones autoritarias que han causado, al proceso de cambios en América Latina y el mundo, un retroceso de muchas décadas. La idea no es llegar a pensar igual sino que confluir eficazmente en el logro de los objetivos de este decisivo momento histórico.

La elección de Gabriel Boric expresa un nuevo ciclo en la política nacional, aunque no hay como fijar la fecha exacta en que comenzó este período sus raíces están en la transición que no terminó nunca por el bloqueo de la derecha, en el conformismo que afectó al bloque de gobierno frente a la desigualdad neoliberal y el severo desgaste del sistema de representación parlamentaria, asimismo, en el fracaso de la regresión autoritaria de Piñera y las multitudinarias movilizaciones de octubre y noviembre de 2019, que pasaron a llamarse "estallido social" en la imagen histórica que surgió de ellas.

Ahora bien, la victoria del nuevo Presidente, por su juventud y proceder de un bloque político de reciente formación y sin experiencia gubernamental anterior, no hizo más que ratificar el debilitamiento del sistema político tradicional como pilar de sustentación de la institucionalidad y que Chile ingresó a una nueva etapa en su historia política como nación.

Como se sabe, el PS es una fuerza política pluralista, con corrientes y culturas que expresan una diversidad de opiniones y liderazgos que le exigen un constante desafío de unidad y toma de resoluciones, que no fracturen sus equilibrios internos, frágiles muchas veces, pero la decisión de respaldar al nuevo Presidente contó con el apoyo unánime de sus diversos protagonistas.

Así, el Presidente Boric recibió el apoyo del conjunto de los y las socialistas, los que han adquirido cada vez mayor conciencia que su condición de partido de gobierno une sus propias perspectivas partidarias con la gestión del mandatario, lo que se expresó nítidamente en las intervenciones socialistas, en ambas reuniones. Es cierto que hubo reclamos de carácter local y penosas filtraciones de lo conversado, pero no afectan el sentido estratégico del diálogo sostenido con el Presidente y el compromiso de apoyo socialista a la gestión gubernamental.

Es muy importante que el Presidente Boric haya señalado en ambos diálogos su vinculación a la tradición socialista chilena de la que se siente parte desde su más temprana experiencia política. Así, fundamentó su reflexión con el conocimiento de planteamientos históricos sobresalientes, acerca de la democracia y los principios socialistas que hicieron hace ya varias décadas, Salvador Allende, Raúl Ampuero y Eugenio González Rojas.

Ahora bien, el viernes pasado el Presidente Boric señaló que si en el próximo plebiscito gana la opción Rechazo el proceso constituyente debe continuar con la elección de una nueva Convención Constitucional. Esta afirmación arranca de un dato de la realidad: en democracia no se conoce de antemano cuál será la decisión de la voluntad ciudadana y si no hay nueva Constitución continuará vigente la reforma constitucional que dio vida al proceso de sustitución de la Carta Magna del Estado. Por tanto, en su condición de Jefe de Estado planteó el camino a seguir ante las alternativas posibles.

Por eso, lo importante es que las fuerzas que apoyan la nueva Constitución actúen con la amplitud y vitalidad necesarias para que una amplia mayoría nacional les respalde y ganar el próximo plebiscito. Si así no ocurre el Presidente Boric ya adelantó un camino.

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