El Rechazo con el síndrome de "Alf"
En la serie ochentera de televisión "Alf", una familia estadounidense vivía con un extraterrestre. Cada vez que venían visitas inesperadas, tenían que ocultarlo para que en el barrio nadie se enterara de este querido habitante de la casa era, a su vez, su mayor secreto. De enterarse la comunidad sobre la existencia del extraterrestre, seguramente los vecinos ya no hubiesen sido asiduos visitantes de la familia. El susto hubiese sido tremendo, por decir lo menos.
La campaña del Rechazo parece estar siguiendo un guión similar. Como si no quisieran que la ciudadanía se entere de que los partidos políticos que la sustentan están ahí, conviviendo en la misma casa y, mucho menos, que sus financistas han desembolsado millones de pesos, copando más del 90% de los aportes totales a la campaña.
Ahora bien, llama la atención que las y los partidarios del Rechazo no solo esconden a su principal activo político, como lo es el expresidente Piñera. Recordemos que el senador Rojo Edwards señaló hace poco que esperaba que el exmandatario "no se involucre" en la campaña. El dos veces jefe de Estado aún no ha dicho por cuál opción votará. De hecho, en las filas del oficialismo, el senador de Revolución Democrática Juan Ignacio Latorre enfatizó que Piñera es el único expresidente que no ha dado a conocer públicamente su posición frente al plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre. Pero también los del Rechazo intentan soterrar al otrora candidato presidencial José Antonio Kast, fustigado incluso por el alcalde Germán Codina -y su aparición esporádica en su cuenta de Twitter- y cuyo caso deja de manifiesto la misma estrategia de la cual es "víctima" Piñera.
Sin embargo, no es solo, la estrategia de "guardar" a los políticos profesionales de la derecha, tras la vocería principalmente de la farándula o de constituyentes de derecha de la "sociedad civil". También esconden los argumentos. Al menos es extraño que si el argumento tiene que ver con la mala redacción o lo negativo que es el nuevo texto constitucional, en lugar de llamar a la ciudadanía a informarse, a leer la propuesta, lo que están haciendo es construir relatos pueriles, incluso a ratos grotescos, parciales o directamente difundiendo información falsa.
La política, como siempre, consiste en defender posiciones e intereses. Saber quiénes están detrás, de qué sector son, quiénes financian, qué postura y qué figuras políticas apoyan cada posición, son datos fundamentales en una democracia sana. Y en esto, ayudaría mucho que la opinión pública conozca qué intereses resguardó la Constitución del '80: cuáles fueron los mercados que se abrieron con su redacción y posterior trucha aprobación.
Todo indica que la derecha, al igual que aquella familia norteamericana de la serie de ficción, esconde sus verdaderos intereses, los que busca resguardar, manteniendo lo que hay, dado que, si lo descubren, como a "Alf", la ciudadanía no se inclinaría por visitar la casa del Rechazo.
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