La torpe inconsecuencia del auto descrédito

Se ha hecho hábito que personas vinculadas al ejercicio de la acción política, sea en el presente o en el pasado, en el ámbito parlamentario o alta administración del Estado, a la derecha, izquierda o al "centro" del escenario político, para ganar una mínima notoriedad comunicacional deben aportar al descrédito de la política con alguna frase o afirmación que diga que sus protagonistas forman un segmento o "clase" especial de individuos movidos por ruines propósitos e intenciones.

En otras palabras, una franja de voceros o dirigentes políticos son actores principales de su propio desprestigio a través de una torpe práctica incesante de auto descalificaciones y recriminaciones que ha socavado un aspecto esencial de la acción política: su credibilidad. Este ejercicio convertido en costumbre apunta, en especial, a la desautorización de los partidos políticos.

Además, es penoso que altos funcionarios o personeros de este largo período de reconstrucción democrática se prodiguen en elogios hacia sí mismos en desbordante autocomplacencia y asuman un protagonismo nublado por el menoscabo hacia quienes hoy cumplen responsabilidades similares, sin mantener el respeto que, en su momento, pidieron y recibieron. Se carga lo malo o lo no logrado a los demás y se presenta lo bueno como aporte personal.

Olvidan o pasan por alto los millonarios negociados y especulaciones por cifras cuantiosas por parte de los controladores del orden económico que dañaron y afectaron directamente la calidad de vida de millones de personas como resulta ser, por ejemplo, los enormes abusos con los precios de los planes de las isapre. La lógica oportunista se viste con ropaje "ideológico" señalando que la culpa de todo la tiene el Estado.

En el tema de la seguridad pública desconocen interesadamente que la débil y aún insuficiente respuesta a la irrupción de las bandas de narcotraficantes y el crimen organizado es una debilidad que viene desde hace varios gobiernos atrás.

Ahora bien, en el tema de la reforma de pensiones, hay voces inconsecuentes que descalifican al Presidente Boric y sus ministros como si el Gobierno tuviera la varita mágica creadora de los votos que faltan en el Parlamento para cambiar la composición elegida el 2021 y legislar a gusto de cada cual.

Es sorprendente que gente ya antigua en la lucha política prefiera "salvarse" individualmente y no asumir el significado de avanzar lo que ahora se puede lograr, aunque no sea el total de la aspiración que se buscaba conseguir. Así, creen que es mejor seguir igual sin avanzar, lo que les permitirá ser los héroes incontaminados de esta parte de la historia.

No hay que desacreditar la política solo por figuración personal. Así, el balance final es deplorable, nadie cree nada. La ciudadanía toma distancia y el sistema político queda cuestionado. Si reina el descrédito solo los militantes y el entorno de los partidos o instituciones del Estado prestan apoyo o respaldan la palabra de quienes ejercen la política. La institucionalidad democrática se desgasta y el populismo neo fascista crece.

La ultraderecha se ha alimentado de estas malas prácticas. Lo más grave, a quienes realizan este despropósito no les importa el daño que se provocan a sí mismos y del desgaste que generan en el régimen democrático. Lamentablemente, el deterioro se agudiza por las graves faltas a la probidad y los fenómenos de corrupción. Tales hechos revelan la penosa pérdida de valores que sufre una parte de los protagonistas del sistema político.

La dignificacion de la política es tarea clave del fortalecimiento de la democracia. Uno de sus aspectos esenciales es que los propios voceros o personeros políticos no traten de ganar puntos fáciles con acusaciones falsas e infundadas del propio ejercicio de la acción política. Este hábito no es fácil de erradicar, sin embargo, hay que lograrlo porque el descrédito provocado desde las propias filas es un despropósito que pasa a ser un alimento de la ultraderecha.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado