¡No pasarán!

Este gobierno está haciendo agua por muchos lados. Más allá de las siempre fluctuantes encuestas, que colocan al gobierno con números rojos desde hace mucho tiempo, los distintos campos de la gestión política muestran un deterioro preocupante.

La vilipendiada CEP mostró un 25% de apoyo a la gestión gubernamental durante el mes de junio y todo indica que seguirá cayendo. Para colmo de males, el cambio de gabinete no hizo más que mostrar una falta de sentido común a la hora de enfrentar su propia crisis. Mañalich nuevamente no es una buena noticia para Chile, parece un mal chiste. 

Uno de los atolladeros más grandes está claramente en educación. No es una cartera fácil, eso se sabe desde hace décadas. Muchos han sido expulsados con tarjeta roja, Lavín incluido.

La gestión tozuda de la Ministra de Educación tiene al gobierno al borde del abismo. La ideología le brota por los poros. Se acerca a gran velocidad el tren de una movilización de proporciones monumentales debido a la confluencia de profesores y estudiantes. La colisión hará saltar por los aires a la ministra, la cual solo se mantiene en pie gracias a su fuerte arraigo con la derecha más dura de la coalición. 

Este gobierno ha abierto puertas y ventanas para un rebrote del fascismo más recalcitrante. Sus erradas políticas de seguridad, que deja contento al sentido común de la gente, son unboomerang que se volverá en su contra al poco tiempo en dos aspectos: por un lado, pues todo muestra que la seguridad no mejora; que la sensación de inseguridad continúa y es por ello que muestra un mal desempeño en este ámbito, y, por otro lado, porque ha abierto una escotilla para que la derecha extrema y todos sus grupúsculos militaristas, hagan un abordaje “populista” al tema durante la próxima elección presidencial. El pinochetismo está de fiesta, podrán mentirle a la gente diciéndole que en un futuro gobierno acabarán con la delincuencia. 

Políticas como Aula Segura apelan a un sentido común que se mostrará fracasado pues son medidas construidas para un impacto mediático que ni siquiera alcanzará a dar réditos a su promotora, la ministra Cubillos.

Las imágenes de Carabineros entrando al Instituto Nacional y amedrentando estudiantes, producen en realidad un efecto contrario al esperado. Pareciera que este gobierno dio rienda suelta a sus ansias de orden y control. “Hacer creer” es el juego que nos proponen. 

La salida de la centroderecha, si es que alguna vez estuvo realmente allí, por parte del presidente, es preocupante. Estamos sufriendo una versión desmejorada de su primer gobierno.

Una versión ultra ideológica donde todo indica que el mal menor podría ser Joaquín Lavín, como candidato futuro de la coalición de gobierno. Sí, el mismo que fue un acólito del dictador.

La centroizquierda y la izquierda brillan por su ausencia. Al ritmo que se mueven las cosas, en un tiempo más deberemos recuperar el grito de lucha, ¡No pasarán!

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