Tengo el honor de ser la tercera generación nacida en Chile en el seno de una familia judía. Llegué al mundo en esta hermosa tierra, la cual recibió a mi abuelo paterno y a mi bisabuelo materno, uno proveniente de Rusia, y el otro de Monastir (Macedonia), en 1907, quienes arribaron hasta esta nación para salvar sus vidas de las persecuciones antisemitas y guerras de la época y de las que vinieron tristemente después.
Estas inmigraciones fueron recibidas generosamente por nuestro país y les permitió vivir, desarrollarse y profesar el judaísmo con entera libertad.
En realidad, la existencia de los judíos en Chile data de la época de la llegada del conquistador ibérico.
Además, durante la colonia contamos con la trágica figura del Dr. Francisco Maldonado da Silva, quien fue el primer director del Hospital San Juan de Dios, en 1619. El médico murió 1639 santificando su fe judía, mientras era quemado vivo por la Inquisición en Lima.
Este 5 de febrero, en la colectividad judía de Chile, a quien represento, celebramos 70 años de relaciones diplomáticas entre nuestro país, la tierra que nos vio nacer, e Israel, nuestra tierra ancestral.
Son siete décadas de lazos profundos y prolíficos, de un creciente intercambio cultural, social, económico, científico, académico y comercial.
Los registros de la Cancillería chilena indican que, en esa fecha de 1949, el canciller German Riesco le dirigió una carta a su par israelí, Moshe Shertok, anunciándole que el Gobierno de Chile resolvía: “Reconocer la existencia del Estado de Israel, abrigando la seguridad de que el naciente Estado contribuirá al mantenimiento de la paz y la justicia entre las naciones”.
En este periodo han tenido lugar numerosos hitos que han profundizado esa relación bilateral.
Ejemplos hay muchos. La visita a Chile en 1959 de Golda Meir, quien fue posteriormente la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra de Israel, el del Premio Nobel de la Paz - que, asimismo, ocupó los cargos de presidente y primer Ministro de ese país- Shimon Peres, como las de los presidentes Yitzjak Navon y Zalman Shazar y el viaje del presidente Sebastián Piñera a Israel, en el 2011, quien se convirtió, así, en el primer mandatario chileno en realizar una visita oficial a ese país.
Más allá del intercambio protocolar, en estos 70 años, se han establecido relaciones profundas entre ambos países, abriéndose consulados en las ciudades de Iquique y Temuco, y hermanándose siete ciudades chilenas con sus pares israelíes con el objetivo de intercambiar experiencias y colaborar mutuamente en distintas áreas con problemáticas comunes.
Se han firmado acuerdos bilaterales en los más diversos ámbitos, como en el fomento del turismo, cooperación científica, telecomunicaciones y ciberseguridad.
A ello, se suma, la ayuda en situaciones de emergencia y desastres naturales, como en los últimos tsunamis y terremotos del país, donde rescatistas israelíes, con tecnología de punta, colaboraron en la búsqueda de las víctimas.
La innovación es un tema fundamental para ambos países y el intercambio en ciencia, innovación, construcción, manejo de recursos hídricos, riego por goteo, desalinización, plantas de reciclaje de aguas y energías renovables es cada vez más dinámico y se potencia por medio de nuevos espacios, como los concursos Startup Tel-Aviv/Jerusalén, que premian a innovadores chilenos y han motivado a un ascendiente número de estudiantes no judíos de nuestro país a hacer pasantías en las universidades de Israel.
El acercamiento entre ambas naciones en el área académica, intelectual y cultural se ha incrementado con las visitas a Chile de Premios Nobel, figuras como el pensador Yuval Noah Harari y el fundador de Waze, Uri Levine, y la presencia permanente de científicos de ese país en Puerto Ideas y en el Congreso Futuro.
El intercambio también se ha traducido en cifras. Chile exporta a Israel salmones, químicos, litio, yodo, vinos, celulosa y subproductos de la madera.
En tanto, de Israel importamos maquinaria de alta tecnología, tecnología de agua, riego, agrotecnología, energía renovable, telecomunicaciones, tecnología en seguridad y tecnología médica.
Debo destacar que, en el ámbito político, desde 1992, en la Cámara de Diputados funciona el Comité Interparlamentario Hermandad Chileno-Israelí, que cuenta con más de 40 miembros y es presidido por el legislador Gonzalo Fuenzalida.
Recientemente, en el 2018, se conformó, además, el Comité Interparlamentario Chileno-Israelí en el Senado, que es presidido por el Senador José Manuel Ossandón.
Estos permiten el intercambio fluido y la cooperación entre los poderes legislativos de ambos países y una permanente búsqueda de modelos, ideas, políticas y prácticas estructurales que vayan en directo beneficio de ambos países.
Nos separan 17 mil kilómetros de distancia, pero las relaciones son cercanas y prolíficas. Se ha construido un fuerte nexo bilateral con el objetivo de intercambiar experiencias en los temas y desafíos de interés común, que van en directo beneficio de los habitantes de Chile e Israel. Son 70 años de amistad y trabajo conjunto entre ambas naciones, pero son más de cuatro siglos de colaboración, integración y respeto entre ambos pueblos.
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