Diez instrucciones para tener una dirección de hospital tranquila

  1. No se estrese, tómeselo con calma. Los problemas llevan mucho tiempo ahí y pueden esperar un tiempo más
  2. Témale a los cambios cómo al demonio, ya que estos son fuente de conflictos
  3. Estudie a fondo el Estatuto Administrativo. Entendiendo al "sistema" descubrirá que no puede cambiarlo y así podrá experimentar la paz de saber que no hay nada que hacer al respecto
  4. No se angustie si a un problema no le encuentra solución. Seguro debe ser por el "sistema"
  5. Si por alguna razón tiene una idea que le parezca innovadora... ¡cuidado! Si realmente fuese buena idea a alguien ya se le hubiese ocurrido
  6. Si le proponen un proyecto innovador que requiera de mucho trabajo el realizarlo... simple, diga que no hay plata. Ni pensar en otra forma de financiarlo, porque sería aún más trabajo
  7. No haga nada sin que antes se lo pidan ya que se estaría exponiendo a severas críticas
  8. Si se ve enfrentado a movilizaciones gremiales, llámese paros, tomas, encadenamientos, etc., no se complique y pida instrucciones a niveles superiores ya que no tiene que ser usted el que se "queme". Por lo demás en su juventud usted también participó de actividades similares
  9. Si se endeuda y lo critican, diga que Fonasa no le paga lo suficiente
  10. En suma, colóquele el piloto automático al hospital, ya que un establecimiento de este tamaño prácticamente se maneja solo

Si usted coincide en más de 5 puntos... preocúpese.

Escribí las 10 instrucciones hace ya 20 años, basándome en el "Manual de Instrucciones" de Julio Cortázar, y con motivo de mi partida de un período de intensos dos años en la dirección del Hospital Félix Bulnes. Dos años que recuerdo con inmenso cariño, en los que pude comprobar las enormes dificultades para gestionar un establecimiento sobre endeudado, con dotación de personal sólo pensada para hacer lo básico y muchas veces subcalificada, con equipos de gente muy capaz pero muchas veces desmotivados por el entorno, a ratos hostil de trabajo.

Con gremios que utilizaban sus cuotas de poder sólo para mantenerse en él, eternamente y sin pensar jamás en aquellos pacientes que eran mencionados de manera permanente en sus consignas. Cómo guinda de la torta estaba el Estatuto Administrativo; conjunto de normas y obligaciones del funcionario público que no era más que innumerables eslabones de burocracia que asfixiaban todos los esfuerzos para activar-acelerar proyectos e iniciativas enfocadas en los pacientes y que hacía tremendamente difícil contratar personal de calidad y prácticamente imposible deshacerse de funcionarios a todas luces negligentes, inoperantes y en algunos casos hasta delincuentes.

Si bien las 10 instrucciones están escritas en un evidente tono de sarcasmo, todas y cada una de ellas (si, todas y cada una) aluden a situaciones que vi o escuché a distintos niveles en conversaciones públicas y privadas durante esos dos años. Se cumplen 20 años de mi aterrizaje forzoso en el Félix Bulnes y puedo comprobar que hoy día, a pesar de contar con presupuestos hospitalarios muy superiores, el modelo sigue siendo el mismo y los problemas de hace 20 años aquí relatados, siguen presentes.

Para muestra un botón: el flamante Félix Bulnes, nuevo, inaugurado hace ya 2 años y cuya infraestructura sería envidiada por cualquier clínica privada, aún no puede utilizar más de cuatro de sus 16 pabellones quirúrgicos, al tiempo en que las listas de espera quirúrgicas son las mayores de las que se tenga registro.

Tal vez ya venga siendo tiempo de escribir, esta vez en serio, las instrucciones para cambiar el modelo de gestión hospitalaria.

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