Fútbol y medicamentos

Así como en el fútbol, que nos pasamos muchos años de estar ahí… a punto de ganar, y siempre, por mucho o por poco, no pasaba nada y nos quedábamos con la desilusión entre los dientes, algo similar se dio por bastante tiempo en el mundo de los medicamentos, específicamente con la “Autoridad Reguladora de Medicamentos”… estuvimos ahí, rozamos la copa, pero no la pudimos traer a casa, hasta hace unas semanas.

Recientemente, y luego de una exhaustiva revisión, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), otorgó al Instituto de Salud Pública (ISP) el más alto reconocimiento que se puede alcanzar en estas materias, el tan buscado y anhelado Nivel IV, “la Copa América” de las instituciones regulatorias de medicamentos de nuestro continente.

En otras palabras, la Organización Panamericana de Salud coronó al ISP en la categoría más relevante del ranking del reguardo de la calidad de los medicamentos, esta es como, “autoridad reguladora nacional competente y eficiente en el desempeño de las funciones de regulación sanitaria recomendadas por la OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar la calidad, inocuidad y eficacia de los medicamentos y productos biológicos”. Un nuevo triunfo para nuestro país.

Los actuales jugadores de la selección comenzaron su exitoso proceso hace poco más de 10 años, primero en la “rojita” y en sus propios clubes, y luego saltando a la “adulta”. Casi al mismo tiempo, las entidades encargadas del control y la regulación de los medicamentos de Latinoamérica, en conjunto con la OPS, comenzaron a elaborar la herramienta que les permitiese certificar su trabajo, consistente en asegurar la calidad, seguridad y eficacia de los medicamentos en nuestros países. Fruto de ello, se elaboró un instrumento que permitiría a los países evaluarse y determinar en qué nivel se encontraba su autoridad sanitaria en esta materia.

Y así como fuimos fundadores de la Copa América, Chile también fue uno de los impulsores de este proceso de acreditación y el primer país en ser evaluado, el año 2009. Y tal como nuestras otrora participaciones en el “deporte rey”, estuvimos ahí, a punto…casi, casi. Pero en esa oportunidad solo alcanzamos el Nivel III. Ahí comprendimos que estábamos a un buen nivel, pero nos faltaba un poco para ser un país de referencia en esas materias.

La importancia de la categoría alcanzada radica en que posiciona a Chile como un país  de referencia para el resto de las naciones latinoamericanas, porque da credibilidad y confiabilidad internacional a los procesos que realizan las autoridades sanitarias para asegurar la calidad, seguridad y eficacia de los medicamentos que se comercializan y fabrican por nuestra industria farmacéutica.

Una capacidad reguladora deficiente o inadecuada puede producir medicamentos nocivos, ineficaces o de calidad inferior, y por lo tanto, un grave deterioro de la salud de la población.

Es por ello que resulta necesario contar con autoridades reguladoras nacionales fortalecidas y certificadas. Si bien cada país establece su marco regulador, siempre debe asegurar medicamentos de calidad, seguridad y eficacia para toda la población. Ese es el caso de Chile, y así lo ha certificado la OPS. Un triunfo por partida doble.

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