2019 ya está con nosotros.Chile ha cambiado y mejorado los últimos 30 años. Esta mejora ha sido la acción sumatoria de esfuerzos de décadas de la gente y las autoridades.
Como país tenemos desafíos tremendos y también deudas históricas. La salud, no está ajena. Dentro de ella la oftalmología.
Es bueno hacer un balance del 2018 y proyectar el 2019. Como salud pública oftalmológica en 2018 vivimos un trance cuando el artículo 126 del código sanitario fue, en un caso puntual, aceptada su no aplicación.
Este artículo se refiere a la prohibición de que médicos oftalmólogos y/o tecnólogos médicos pudiesen trabajar en las ópticas. Situación muy similar a la ley de fármacos o ley “canela”. Como Sociedad Chilena de Oftalmología (SOCHIOF), su derogación es algo muy preocupante.
Incentivaría una integración vertical, sobre indicación de anteojos y lo más grave, un sub diagnóstico de enfermedades potencialmente causantes de ceguera irreversible y silentes, como ejemplo el glaucoma o retinopatía diabética.
Creemos que un número considerable de personas que viven en Chile, podrían ver afectadas severa e irreversiblemente su visión si este artículo del código sanitario se deroga.
Es responsabilidad de nosotros comportarnos a la altura de los hechos. Las futuras generaciones nos juzgarán.
Este Año Nuevo, último del decenio, nos da una oportunidad única para trazar la salud oftalmológica de los próximos 30 años. Priorizando la salud pública oftalmológica y no otros intereses. Creemos en un sistema mixto de salud, donde la prioridad sea la salud pública eficiente y de excelencia.
Las principales causas de ceguera en Chile son los vicios de refracción, cataratas,glaucoma, retinopatía diabética y degeneración macular etaria.
La ceguera es un problema de salud pública que requiere la acción mancomunada de varios actores. La educación y prevención son cruciales.
Es fundamental el trabajo en conjunto con el ministerio de Salud, organizaciones de familiares y pacientes con ciertas enfermedades oculares, el Estado, los municipios, las ONGs, sociedades médicas, Colegio Médico y la comunidad para implementar medidas concretas que den acceso adecuado a la salud visual de todos los que viven en nuestro país.
Los oftalmólogos trabajan hace años en conjunto con el Ministerio en apoyar distintas acciones, por ejemplo, la participación en las comisiones de trabajo para la elaboración de las guías clínicas y del Plan Garantía Explicita en Salud (GES), los que han repercutido sustancialmente en la baja importante de la ceguera.
Otra de las medidas que se han adoptado es realizar operativos médicos en los que participan en forma voluntaria médicos oftalmólogos en coordinación con otras entidades, para aportar a la reducción de listas de espera y brindar atención oftalmológica a quienes viven en zonas rurales y alejadas de nuestro país.
El número de oftalmólogos por habitante en Chile es uno de los más altos de la región. Es importante mejorar en la distribución regional de los especialistas y que cuenten con equipamiento necesario para hacer una oftalmología de calidad.
Vemos con preocupación la fuga de especialistas desde el mundo público al privado. No por falta de incentivos económicos, si no que por posibilidades de ejercer la profesión en forma adecuada y de calidad hacia los pacientes.
La SOCHIOF tiene un rol muy activo en la educación de los oftalmólogos con un curso de formación ad honorem que permite una instrucción pareja y transversal para todos los residentes del país.
Se forman y gradúan 25 oftalmólogos al año en Chile y convalidan otros 25 formados en el extranjero. Como tarea para el futuro, tenemos que reducir la brecha de género entre los que somos oftalmólogos.
Deberemos enfrentar el aumento de las enfermedades visuales asociadas al progresivo envejecimiento de la población. En nuestro país aumenta la expectativa de vida; es importante que aumente la calidad de vida también y nadie se quede ajeno a ella.
Las expectativas y calidad de vida de ciertas comunas son diametralmente distintas e injustas. Y muchas veces coincide que son en las comunas que viven más gente de nuestros pueblos originarios. Esta brecha debe nivelarse para arriba a la brevedad.
El 65 por ciento de las personas con discapacidad visual es mayor de 50 años. En Chile, este grupo comprende al 20 por ciento de la población. Hay que generar políticas públicas para enfrentar y tratar este problema.
Nunca olvidar a los menores de 15 años, que también son un grupo vulnerable. Según la Organización Mundial de la Salud, se cree que para el 2050 casi el 50 % de la población será miope.
El factor más importante sería el largo tiempo que pasan los niños y jóvenes en un ambiente techado y no al aire libre, sin exposición a la luz solar.
Para que sea un factor protector, la exposición a la luz del ambiente externo debe ser durante 3 horas diarias durante el día a la sombra de un árbol incluso.
No es necesaria la exposición solar directa, de hacerlo , tomar las preocupaciones pertinentes. Esto no sólo minimizará los riesgos de tener miopía, si no que también aumenta la socialización del niño entre otros beneficios.
Destacar también la protección que debe existir para la infancia. Y la prioridad de atención en salud ocular que deben tener los niños del SENAME y TELETON. Con ambas entidades se tienen acuerdos de prioridad de atención médica.
En los menores de 40 años es importante como causa de déficit visual severo el trauma ocular. Importante es la prevención y educación.
El mayor miedo de la población es a morir y su segundo mayor temor es a quedar ciego. Abogamos a que la Encuesta Nacional en Salud (ENS) no sólo tenga preguntas en el área visual, si no que tomar la agudeza visual, para identificar quienes ven menos, ver la causa de ello y ayudarlos.
La inmigración es parte de la historia de Chile. Estos últimos años ha aumentado. La inmigración rejuvenece al país, con el consiguiente aumento de la tasa de natalidad y aumenta la diversidad positivamente en nuestras costumbres, hábitos y acervo genético (fuente de protección para enfermedades de toda índole).
La inmigración se debe hacer en orden, en derecho y respetando al inmigrante.
Chile ha avanzado mucho en mejorar los déficit visuales de su población las últimas décadas. Es necesario seguir en esta senda de mejora en acceso, atención y tratamiento oftalmológico oportuno. Los que viven en Chile se merecen una salud y dentro de ellas la oftalmológica, de excelencia e inclusiva.
A trabajar unidos todas las entidades involucradas. Planeemos y recibamos este año 2019, pero pensemos también en los próximos 30 años.
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